Dos..

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Después de haberme quedado embobado con el aroma escuche la voz de mi amigo decir mi nombre, el trabaja aquí y por ello vengo mucho, su nombre es Jackson el es como yo, ama las películas y el café (una de las razones por las que trabaja aquí) sólo que le gusta ir de fiesta y todo eso aunque no lo juzgó cada quien tiene sus gustos, el único detalle es que ODIA los libros jamás los leería, he intentado que al menos lea un cuento o algo pero él se resigna a leerlos por más que intente no puedo.

-Jackson: ¿Otra vez vas a ir a ese lugar?
-Nicholas: Sabes que es mi rutina. - sonrío.
-Jackson: No sé como te puede gustar ese tipo de lugares no son para ti, deberías de intentar de ir de fiesta alguna vez, podrías hacer amigos.
-Nicholas: Como si el ambiente del alcohol y el cigarro fuera un lugar perfecto para socializar.
-Jackson: Cómo sea.. ¿El mismo de siempre?
-Nicholas: Claro que si.
-Jackson: Serían $12.00 dólares.
-Nicholas: Ok

Le di el dinero y me senté mientras preparaban mi café, había olvidado mencionar que me llamaba Nicholas no soy un modelo sacado de una revista pero tampoco un ogro, soy un poco atractivo pero no tanto como Colton Haynes y todos esos modelos y actores que están de moda. Tengo ojos café oscuro aunque con la luz pueden llegar a verse avellana, también tengo el cabello café con un corte algo corto pero no tanto y de estatura alta para no hacerles tan largo el cuento. A veces me pregunto por que mis padres decidieron llamarme Nicholas, tal vez creyeron que nacería con el cabello rubio y súper guapo como Ryan Gosling en The Notebook o algo así jajaja pero fue todo lo contrario.

Al escuchar mi nombre me levanté del sofá para acercarme al mostrador dónde pude ver mi café con mi nombre lo tomé, agarré unas servilletas y seguí mi camino hasta la puerta sin antes escuchar a alguien hablarme.

- Adiós Nick - dijo Elizabeth, una de las que trabajan ahí que esta enamorada de mí desde que empecé a trabajar en Blockbuster y empecé a venir los jueves, pero sólo la quiero como una amiga.

- Adiós Eli - le respondí y me salí de la cafetería.

Me subí a mi auto y me fui a la libreria Ottenforder que no esta tan lejos de la cafetería. Cuando llegué salí del auto y le puse el seguro y me fui caminando hasta llegar al precioso lugar marrón rojizo en el que tanto estoy enamorado bueno sólo un poco.

Abrí la puerta y goze de la vista que tenía frente a mis ojos, un lugar bastante espacioso con varios estantes con los tipos de libros que había, era realmente hermoso, esta librería es la más antigua de NY asi que la disfrutó mucho. Aparte de que son muy agradables los encargados de ahí como la señora McAdam que es una mujer bastante linda conmigo me quiere como un hijo por lo que me a dicho a pesar de ser algo mayor no se le nota.

- Hola Nick - me saluda la señora McAdam con una gran sonrisa.
- ¿Cómo ésta señora McAdam? - dije sonriendo.
- Bastante bien para mi edad. - decía mientras reía.
- Me alegro.
- Bueno, no te quitaré más tiempo ya has de querer leer y yo molestandote.
- No sé preocupe, bueno me retiro. - dije mientras le brindaba una sonrisa y me acercaba a a los estantes.
- ¡Diviértete! - la escuché decir de lejos.
Tomé un par de libros para decidir cuál leer por que eran varios, elegí dos y me acerqué a una de las sillas.

Cuando me acerqué a las sillas no pude dejar de ver a la chica que estaba sentada...

**Librería en multimedia**

La Chica de la LibreríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora