Los cortos de Maca♡

Escapando y viviendo la vida.(Parte 2)

-Buenos días, señora.-dijo uno de los guardias, a penas abrí la puerta.-Andamos por aquí haciendo un chequeo del lugar, ya que...

-Se les perdió un loco.-lo interrumpí con mi voz de anciana. Encorvandome y con una mano en la espalda y la otra en un palo que hacía de bastón asentí, dejandolos pasar.-Pueden pasar a revisar el lugar, muchachos. Sólo traten de no hacer un desastre, ya estoy demasiado mayor cómo para andar acomodando las cosas otra vez.

Uno de los guardias, el que me habló desde un principio, hizo unas señas a los otros tres. Luego de eso se esparcieron por toda la cabaña. Yo sólo me senté. 

Luego de unos minutos revolviendo cosas y revisando todo. Los cuatro guardias volvieron a mi vista.

-¿Está aquí?.-pregunté con una notoria preocupación. Se miraron entre ellos y luego uno respondió, negando con su cabeza.

-Sentimos mucho la molestia, señora...

-Thompson.- contesté con una sonrisa en mis labios.- De lo contrario, muchachos. Gracias por revisar. ¿Aceptan una galleta?-Ellos asintieron, tomaron unas galletas y luego los acompañé hasta la puerta.- Un gusto, hasta luego. 

Después de que se fueron sentí un gran alivio. Me quedé en la cabaña un tiempo más, hasta no ver a nadie cerca. Entonces cambié todo en mi. Corté mi cabello, hasta un poco más abajo de los hombros, para luego decolorarlo y teñirmelo completamente de rosa pastel. También usé mis viejos lentes de contactos, muy bien cuidados, que me hacian una chica de ojos verdes claro. Estás cosas las tenía bien guardadas en mi maleta de actuación. Nadie sabía que los lentes eran de otro color y, pensaban que, lo del cabello, eran Shampoo y Crema Acondicionadora. 

Busqué entre las prendas de un placard. Empaqué algunas cosas extras y así, fui hasta la ventana para observar que nadie anduviera. Todo afuera parecía calmado. Me revisé por última vez, traía puesta ropa de camuflaje que había encontrado en uno de los cuartos y lo completé con una gorra mía color negro.

-Puedes hacerlo Hayley. Vas a lograrlo.-me dije a mi misma. Entonces con toda la valentía que me quedaba, abrí la puerta y me metí en lo más oscuro del bosque, para hacer mi sueño realidad.

Ser libre.