La Nueva Alianza I: la Profecia Del Heredero De Merlín

Despertar

Una vez más Alyssa se encontraba en el lugar frío, pero la espesa neblina que la perseguía se oscurecía, todos sus instintos la empujaban a correr, pero esas paredes relucientes formaban un laberinto, mientras que miles de murmullos se unían en una sola voz <¿Donde estás pequeña?> preguntaron y ella aumentó la velocidad con la que corría hasta que tropezó con su tia, la emoción hizo que lo abrazara aunque ella seguía seria.

-Debes salir de aqui  -Ordenó alejándola de su cuerpo -¿Me oyes Lys? ¿Y Emma?

-No... No puedo recordar como llegué aquí y no se...

-Nos persigue -susurró Emma a su lado.

-¿Cómo es que están aquí? -Preguntó consternada.

-Guardas una parte de mí en tu mente pero escúchame bien, debes irte -su figura se distorsionaba.

-¿Quién eres? -No era su tia y lo sabia.

-No dejes que la culpa nuble tu mente -No era su tia, por ello su cara se distorsionaba.

-¿Lys? -La llamó Emma a su lado con sus manos empapadas en sangre -¿Y papá?

En ese momento bajó la mirada, sus manos también estaban llenas de sangre, al igual que su ropa y el piso.

- ¿Qué sucede? -Preguntó Alyssa.

-Preguntas incorrectas Lys -Dijo la figura sin rostro tomándola de la mano para avanzar.

-¿Quién nos persigue?

-No puedo decírtelo porque aún no lo sabes, sólo debes preguntar lo obvio.

-¿Qué es lo obvio? -Preguntó estresada.

-Se acerca y no puede encontrarlas aún -Respondió su madre con preocupación- Por eso estoy aquí, soy la defensa que tiene tu mente.

-Estamos en mi mente entonces -Dudó ella- ¿Cómo es posible?

-Pregunta correcta -Respondió el suspirando.

Entonces ella porfin lo notó, podia verse reflejada en el suelo, pero su fisico era distinto, tomó uno de lo largos mechones de cabello blancuzco en su mano sin entenderlo, ella era castaña y jamás había usado un tinte de cabello, nada tenia sentido, hasta que  lo entendió <Estoy soñando>.

No podía normalizar su respiración, estaba muriendo de hambre mientras veía como la boca del profesor se movía lentamente recordando la pesadilla que cada noche se alargaba un poco más, ni haciendo un gran esfuerzo podría saber que pasaba a su alrededor, mucho menos concentrarse, porque sinceramente, no le interesaba mucho, estaba distraída intentando descifrar que significaba su sueño, por eso decidió interrumpir a su padre al llegar.

El estaba en su estudio así que asumió  que estaba trabajando, pero para su sorpresa lo encontró leyendo un libro en vez del computador donde solía trabajar, él por instinto lo cerró y archivó junto a las cosas que ella nunca tocaba.