CAPITULO 15 : Transformación

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(Haley)

—¿Otra más? —le pregunté a Tyler, que estaba en el otro sillón todavía riendo por el final de la película de comedia que ya había terminado.

—Sí, pon otra, pero que sea de terror.

—No, gracias, esas películas siempre terminan todos muertos o locos en un manicomio —sentencié, sin moverme.

—¿Y qué esperas? ¿Que luego todos sean felices para siempre?

—Sí —dije en un susurro cohibido por la mirada penetrante de Tyler.

—Sería absurdo, luego de todo lo que le sucede al protagonista no puedes esperar que vuelva a ser todo como antes —bufó.

Yo me quedé con la boca abierta. ¿Ese era Tyler Ross? Porque su comentario tenía bastante lógica.

—¿Qué? —este veía cómo yo lo miraba, algo perdida.

—Nada —le respondí, parándome del asiento en busca de mi celular.

Y no había nada, ni una llamada, ni un mensaje, ya había colapsado su buzón de voz y mensajes. Pero Simon no respondía ni uno de ellos. Y el partido había terminado hace una hora.

—Debe de estar celebrando la victoria, siempre hay fiesta luego del partido, no te preocupes —miré hacia Tyler, que estaba intentando tomar con sus manos la película que quería ver, pero por supuesto este la traspasaba.

—Tienes razón —me encogí de hombros, de seguro estaba de fiesta con el equipo.

Una sonrisa se posó en mis labios, me ponía muy feliz que Simon ganara el partido.

(Tyler )

Aunque, por supuesto que habrían perdido. O eso esperaba.

—Voy a poner la película de terror —sentencié a Haley, que estaba ahora haciéndose un emparedado.

—Anda, hazlo, inténtalo —esta ni me miró, estaba muy empeñada con su trabajo. Yo apreté los puños, algo ofendido por su burla hacia mí.

—Tan graciosa, la rata —susurré, pero fue un grave error. Cuando subí los ojos hacia ella me miraba con una mueca de ira en su rostro.

—¿Cómo me has dicho? —al ver que no respondía dejó de hacer lo que estaba haciendo para acercarse hacia mí—. Repítelo, ahora.

Yo me quedé en silencio mirando al suelo, y ella ahora estaba enfrente de mí, sin despegarme la vista.

—No dije nada —mentí, con la vista al suelo.

—Cierto que soy sorda —esta alzó los brazos cabreada.

Nos quedamos en silencio, un silencio bastante incómodo.

«Estúpido», me dije para mis adentros. Aunque al menos no había dicho el sobrenombre que le tenían completo: "rata de biblioteca". Aunque ella lo entendió de todas formas.

—Quiero que te vayas —apuntó con su brazo hacia la puerta, llevándose la otra mano a la cabeza, haciendo una mueca de desagrado. ¿En serio?

—Haley, sabes que no quería decir eso —intenté remediarlo.

—¿Y qué querías decir? —no tenía ni idea de qué responder—. Largo.

—Déjame explicarte —esta negaba con la cabeza, aún apuntando la salida del departamento—. Haley, por favor.

—Largo de aquí.

—Era una broma —le dije, sonriendo con cara de cordero degollado, que al parecer no surtió efecto.

Mi Ángel Guardián I : La verdad dueleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora