Capítulo 1 "Sex Instructor. Solo se puede amar a una persona"
Narra ______. La clase de matemáticas, igual de aburrida que siempre, terminó con un gran timbrazo de la campana indicando una estampida en la puerta.
Todos en el salón tomaron sus cosas y salieron inmediatamente del salón. Yo esperé a que todos salieran para poder ir tranquila a mi casillero y encontrarme con Megan, mi mejor amiga.Caminaba por los pasillos llenos de chicas superficiales y chicos populares cuando de repente sentí un golpe enorme en mis costillas.
- ¿Qué hay White? - dijo Jason, el idiota más idiota de la escuela.
- Imbécil - musité enojada mientras me llevaba mi mano a la costilla, probablemente rota.
- Vamos Jason, déjala en paz. No merece tu atención.
Y supe quién era sin siquiera mirarlo. Me imaginé sus ojos marrones; profundos y perfectos. Sus labios secos, pero besables. Su cabello desaliñado y desacomodado, pero con brillo y sedosidad. ¡Dios mío! No podía ser más perfecto.
- Otra vez te congelaste - dijo la voz de mi amiga mientras veía como Jason y Jensen me daban la espalda y seguían caminando sin mirar para atrás.
- ¿Sigues aquí? - su mano empezó a agitarse frente a mi rostro con las intenciones de regresar mis ideas con ella.
-Lo lamento - pestañeé e intenté centrar mi atención en mi mejor amiga.
- ¡Diablos ________! - refunfuño. - Deberías darte cuenta que ese idiota solo te quiso por sexo.
Sentí un golpe enorme en mi estómago cuando dijo eso. Tomé una bocanada de aire e intenté que las lágrimas no salieran de mis ojos a la estúpida versa que me atormentaba.
- ¿Qué pasó con Joeseph? - le pregunté intentando cambiar de tema.
- Agh - gruñó. - Ni me lo menciones. Ese estúpido se ha acostado con Charlotte - bufó.
- ¿Qué? - exclamé sorprendida.
- Sí. Los pillaron en el baño de maestros.
- ¿Quién? - le pregunté más interesada de lo normal.
- La puta Isabel - gruñó.
- Puta Isabel - la imité. - Pero bueno, algo bueno puedes sacar de esto.
- ¿Qué?
- ¡Tienes derecho a ir al centro y tomarte unas cervezas con tu mejor amiga! - levanté los brazos en señal de victoria. La tomé de la mano y corrimos hasta la salida del colegio. Aminoré el paso para que Megan no se sofocara como siempre lo hacía.
- Espera - pidió. - ¿Al centro? - preguntó mientras hacía un gesto de disgusto.
- Vamos, antes te gustaba ir al centro - la animé.
- No es que no quiera ir ______, lo que pasa es que no sé si mi padre me deje quedarme hasta tarde por allá.
- Uhm... dile que he pasado matemáticas y he invitado a muchos chicos y chicas a una pijamada esta noche en mi casa - le dije mientras le ofrecía mi celular. - Anda - le rogué, lo tomó y le marcó a su padre.
Después de haber convencido al padre de Megan, tomamos un taxi que nos llevara al centro. Una vez ahí, nos metimos a un bar. Mi amiga pidió dos cervezas y unos bocadillos.
- Me quiero vengar de Joeseph - dijo con un tono de voz apenas audible.
- ¿Cómo lo harás? - tomé un trago de mi cerveza. Limpié el rastro de espuma que ésta dejo con mi lengua y comencé a escucharla.
- Me haré novia de alguien de aquí, haré que valla por mí al colegio y verás cómo Joeseph regresa - tomó uno de los bocadillos que aún quedaban en el plato y lo metió a su boca.
- Bien, pero no te tardes - le dije mientras señalaba a una bolita de chicos cerca de los baños.
- Ven - me ofreció su mano.
- Mejor iré a tomar aire - le dije al tiempo que me levantaba.
- ¿Estás segura? - me preguntó.
- Sí. Te espero enfrente de la librería ¿sí?
- Okey.
Pagué las cervezas y los bocadillos antes de irme. Cuando salí a la calle, el aire golpeo mi cuerpo. Me estremecí. Estaba frío y seco afuera. Jalé las mangas de mi sudadera y froté mis manos para calentarlas. Las puse sobre mi nariz intentando que ésta se calentara también pero el resultado no fue el que esperaba, otra oleada de viento llego y me estremeció todo mi cuerpo. Caminé un par de cuadras lejos del bar. Un señor de edad avanzada estaba vendiendo chocolate caliente. Me detuve frente al carrito y pedí uno.
- Aquí tiene señorita - dijo el señor mientras me entregaba mi chocolate.
- Gracias - le dediqué una sonrisa y tomé un poquito del líquido caliente.
Estaba delicioso. La temperatura del chocolate pasó de mi garganta hasta mis pies. Podía sentir como la temperatura de mi cuerpo subía y no me era tan difícil caminar. Me acerqué a un bote de basura para tirar el envase del chocolate.
Alcé la mirada y vi una lona. "LA PRIMERA CLASE ES GRATIS" Enarqué la ceja y me acerqué a una puerta de madera negra. Tenía una ventanita sucia y empañada. Jalé la manga de mi sudadera hasta mi palma y limpié un poco la ventanita. Me asomé pero no vi nada. En la esquina de la lona alcancé a ver un papelito destrozado por los bordes con un número anotado en tinta negra. Saqué mi celular del bolsillo trasero de mi pantalón y anoté el número. Volví a guardar el celular en mi bolsillo y seguí con mi camino. "La primera clase es gratis" me repetí mil veces hasta llegar a la librería.