Algunas veces las personas van sobre sus sentimientos, caminando por ese sendero que llaman vida, tomándola por las riendas y sin ataduras disfrutarla. ¿Acaso no estamos aquí para eso?
Pero ¿ Cuando no es así? Cuando sientes el dolor en tú pecho y que el llanto no puede dejar de brotar ¿Acaso hice algo mal?
Sólo quieres callarlo y sólo te desvías del camino, poco a poco es más oscuro, tomas otros rumbos que sólo te adentran más a tú propio infierno, donde tus demonios reinan y aún no sabes de su existencia pero quieres callar ese dolor y aceptas el reto. Optas por la que sea adecua a tú mente y sales a luchar contra tus miedos. Casualmente ellos ganan, pero no sabes que sin más sólo te encierras en la realidad de tú oscuro, donde quizás debías reinar, hoy pierdes, te ahogas...te hundes. Aquello tan anhelado se vuelve tan distante y tus braso arden cada vez más. Sin más quieres gritar y nadie oye, sólo ves a tú alrededor y todos siguen su camino. Recuerdas que tras ese pozo, ayer seguías un camino y deliras que es peor, sí fue una prueba y cual es la recompensa del tus acciones, pero divagas mientras te ahogas. Tus heridas son cada vez más profundas y tú silencio más ruidoso, extrañas la luz de inocencia ante aquella mala decisión, pero aún así piensas y no perdiste nada. En ese momento nota una luz que siempre estuvo y nunca diste importancia, una luz peculiar, en una jaula de cristal. Decides entrar y todo allí es felicidad, una probada de paraíso efímero. Quieres quedarte pero allí no puedes, pues en tus brasos está la razón, sólo sin tú llanto puedes conceder la llave. Buscas entre tus penas la más oscura, y allí la encuentras, fría, solitaria y manteniendote con "vida".Decides dar un último adiós a quiénes conociste y sin más "tomas" el camino a aquella luz...Todo se torna oscuro para aquellos que te quisieron, todos lloran sin saber todo lo que lo hiciste por personas que quisas hoy ni les importas y que nunca dejaste de pensar. Nadie lo entiende, nadie lo sabe, tú sólo te fuiste y sin más según ellos, solos dejaste. Pero ¿ Quién estuvo cuando llorabas y te ahogabas en depresión? ¿Quién imaginaria que tal sonrisa llevaría tal carga? Todos lloran y tú sonríes recostado en el cajón, pues ya feliz estas en aquella jaula de cristal.
