Cuando caiga la nieve (One Piece).

Capítulo 1.

Aquí estoy tirada en el suelo mirando las nubes pasar por encima de mi, estaba tan aburrida que quería que algo pasara en la Isla Sornary; cierto podría cazar algún animal y preparar un guiso... No eso lo hice ayer, o podría pelear con un rey marino... Tampoco lo hice en la mañana -No hay algo más divertido- Parecía que la soledad me tenia tan loca para pensar en voz alta -Tch odio esta isla-.

Una ola que se había levantado me mojó hasta los dientes, el agua del mar estaba demasiado fría, me levanté gritando por la gran corriente de aire frío que me azotó -Kiaaaaa está muy frío- Temblando me acerqué a la orilla viendo el reflrjo de los peces -Como quisiera salir de aquí y conocer el mundo- dije secando mi ropa -*Suspiro* También quisiera ser pirata-.

Me di media vuelta y me dirigí a mi pequeña cabaña en un árbol que, por pura casualidad, daba una vista completa a la isla y el mar; entré derrotada y me miré en el pedazo de vidrio que había colgado en la pared, mis ojos eran de un color Violeta y junto a mi cabello negro azabache que me llegaba a la mitad de la espalda combinaban.

Me tiré en el suelo sonoramente haciendo que la cadena de mi cuello se abriera "Akagame D. Kure" ese era mi nombre y gracias a esta cadena sé que es mi nombre, ya que perdí la memoria de como había llegado a esta isla o quienes eran mis padres. Además mi cadena tenía una piedra de color negro en su interior y era completamente de oro por fuera.

Estaba muy casada así que la cerré y me dormí, mañana iría a cazar me quedaba sin comida. Los rayos del sol hicieron que abriera los ojos rápidamente, me levanté y me cambie la ropa colocándome una blusa Verde oscuro que me llegaba hasta el ombligo, un Blue Jean y unas botas de cuero marrones.

Agarré mi Katana que por cierto se llama Hotaru... Ya sé estoy loca de remate, y salté de mi cabaña colocando a la Katana en mi cinturón. Fui al mismo lugar de ayer y divisé un barril a la deriva, me quedé viendo el barril un largo rato hasta que la curiosidad me ganó; dejé mis botas y me tiré al agua, cuando por fin llegué al barril uno de los muchos reyes marinos salió, era un pez gigante.

Desenvaine la Katana y le corté el labio haciendo que retrocediera, moví el barril hasta la orilla y lo miré un largo tiempo -Será pólvora, sake o...- se me aguo la boca al pensar en lo último -Comida- Enterré la Katana desesperada por ver su interior y al abrirla no me había esperado su interior, un chico de cabellos negros, con un sombrero de paja a su lado y una cicatriz debajo de su ojo izquierdo dormía plácidamente en su interior.

Me quedé mirándolo extrañada ¿Qué hacía ese muchacho allí? Lo agarré y lo saqué viendo una herida sangrante en su abdomen, me puse su sombrero y mis zapatos. Comencé a correr hacia mi casa dejando el barril en la costa, subí y lo coloqué en el suelo -Tengo que curarlo- Aunque no lo conocía me daba lástima -Tengo que quitarle su chaleco- Así hice viendo lo bien trabajado que tenía el abdomen le puse desinfectante -Que alivio que saque el barril del mar-.

Lo vendé y agarré su chaqueta roja apurada -Debo lavar la sangre de esta chaqueta, al menos no le cayó sangre a sus pantalones- Salí de la casa y vi un barco de la marina en el firmamento -¿Qué hacen ellos aquí? nunca se paran, siempre obvian esta isla- salté al suelo y me dirigí al río rápidamente -Igual los reyes marinos los tragaran-.

Regresé a la cabaña y al subir no vi el barco de los marines, ja lo sabía, entré y vi que el muchacho seguía durmiendo pero ahora roncaba mas fuerte. Dejé su sombrero y chaleco recién lavados mientras buscaba en mi almacén que carne tenía, al abrirlo no había más que un filete enorme de oso; lo saqué y lo monté en mi cocina, no sé como pero yo soy buena cocinando.

La aliñé con todas las especias que tenía y al estar lista esta tenía un olor exquisito, la puse en un plato haciendo que un pelinegro se levantara oliendo la carne -Ummmm CARNE- eso fue lo primero que dijo haciendo que riera -Huele divino Sanji... ¿Eh?- Parecía que me había confundido -¿Donde estoy? ¡¿Donde está mi sombrero?!- Ahora parecía molesto.