Agarré el anzuelo y lo clave en mi brazo llenándolo de sangre, haciendo que todos me miraran alarmados -Sí yo pierdo haré cualquier cosa que me pidas- Dije tratando de desviar su atención de mi brazo -Esto lo digo para que también ganes en esta apuesta- preparé la caña para tirarla y miré a Luffy de espaldas aún, inconscientemente sonreí -yo ganaré-.
Lancé el anzuelo tiñendo el agua de rojo sangre en donde cayó, me preparé agarrando mi katana y miré hacia el firmamento observando la pequeña sombra que se dirigía al anzuelo -Eso es muy pequeño Kure- Usopp se reía de lo pequeño de la sombra haciendo que Luffy volteara victorioso hacia el mar -Con eso perderás-.
-Ya viene- Dije molesta las cosas que pasan en esta isla algunas veces no son lo que parecen, en efecto, al pasar un rato más la sombra se fue agrandando hasta el punto de impresionarme; picó de tal manera que en realidad me empujó de un tirón hacia el mar arrastrándome a lo mas profundo de la isla -Tsk-.
Comencé a acercarme al pez a través del hilo de nailon, me estaba quedando sin aire pero tenía que capturarlo a toda costa, llegué al hocico y al verlo me sorprendí era un rey marino pero este era diferente -Ahg- El condenado sabia que era una trampa y me estaba llevando al fondo del mar haciendo que la presión me abriera las heridas.
Saqué la katana y como pude se la enterré en el ojo haciendo que rugiera de dolor, comenzó a mover su cabeza tratando de zafarse de mi y de un momento a otro subió a la superficie lo más rápido que podía; saltó haciendo que respirara aire puro -¡Kure!- Gritaron todos aliviados haciendo que sonriera, pero el animal volvió a zambullirse haciendo que casi perdiera la conciencia.
Me agarré como pude de sus escamas y saqué la katana haciendo que me viera asustado haciendo que se detuviera -Kure ¿Qué te estoy haciendo?- Un momento, me estaba hablando la serpiente y sabía mi nombre -Creí que los piratas te habían hecho daño- aunque me quedaba sin aliento quería escuchar a la serpiente -¿Te hice daño?- me tomo entre sus garras.
Ahí fue cuando lo vi mejor, no era un rey marino era un dragón de escamas azules y ojos amarillos -Soy Kano el dios de las aguas- lo miré a los ojos intrigada ¿Qué hacia aquí? -Y soy tu protector- Espera, Espera mi protector desde cuando lo tenía -Me imagino que no me conocerás o te olvidaste de mi pero yo te vi nacer Akagame- abrí la boca sorprendida dejando escapar el poco aire que tenía -Ahora que ya me vistes no tengo que permanecer aquí-.
Al decir eso comenzó a transformarse en una luz azul y enseguida se dispersó en miles de pequeñas luces, estas vistas eran increíbles todas las luces iluminaban el fondo marino mostrando la vida que residía en el; después de horas, o eso me pareció, se comenzaron a concentrar en mi pecho formando una línea azul oscuro que iba de hombro a hombro.
Me quedé mirando el nuevo tatuaje y una sensación de nostalgia me invadió parecía que sí lo conocía, después de unos minutos sentí la falta de aire y comencé a nadar a la superficie con mucha rapidez; al salir comencé a toser y a agarrar todo el aire que podía -Salió que alivio- Dijo Nami suspirando aliviada -Estas loca o que- nadé hasta la orilla y me acosté en la arena tratando de normalizar mi respiración.
-Perdí, se me escapó- sonreí todo lo que podía dar hacia el moreno que me miraba preocupado -¿Cuál es tu petición Mugiwara?- dije dejando mi katana a mi lado exhausta -Espero que no sea tan difícil- me levante y le miré a los ojos de él directamente.
-Que me darás dos peticiones más- Puso sus dos dedos enumerando las peticiones, pero Nami y Sanji le dieron un golpe en la cabeza -Au ¿Qué hacen?-.
-Eres estúpido o que, así no era el trato- Dijo Sanji prendiendo un cigarrillo -Solo es una- le dio una calada y me miró con los ojos de corazón -Yo te pediría un beso mi diosa-.
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Cuando caiga la nieve (One Piece).
RomanceLa historia va en torno de una muchacha solitaria en una isla gigante y desierta, que desea salir a navegar y conocer a alguien más. A pocos días de soñar con escapar, un barril flota a la deriva impresionando a la joven y haciendo que su curiosidad...