Capitulo 3

40 3 0
                                        

/parte I/
Quizás haya sido porque siempre camino cabeza gacha, y esa vez no, si seguramente sea eso.
Cuando volví al pueblo que me vio nacer me sentí más vacía que antes, pero por alguna razón eso me hacia sentir bien, dejaba de preocuparme por mi pasado y a su vez algo me decía que estaba por llegar algo bueno.
Lo vi caminando por la vereda de en frente, me llamo la atención, podría decirse que era lindo, mas bien podría decirse que encajaba con el prototipo que yo misma había inventando. Pero era algo más, el me miraba fijo, yo a el, definitivamente en las peleas de mirar a los ojos odiaba perder. De un momento a otro sentí una necesidad fuerte de saber que pasaba por su mente, quien era, que hacia acá.
Seguí caminando y al cabo de unas cuadras deje de pensar en eso, hasta que me vi volviendo hacia atrás con la esperanza de volverlo a cruzar, y justo cuando pase por la misma cuadra estaba ahí, esta vez del mismo lado que yo, no sabia que hacer, y menos sabia porque había vuelto, así que baje la cabeza y seguí, pero de repente siento un golpe a modo de llamado en el hombro, era el, dijo: me llamo Simón y vos? A esa altura yo temblaba y no me creía capaz de contestar, pero respire profundo y dije: mi nombre es Paz. Nuevamente me encontraba mirándolo fijo a sus ojos, que tenían un color marrón claro, en su mirada había un dejo de decepción y melancolía.
/parte II/
Nunca esperó cruzarse a alguien así justo en ese momento, desde la primera vez que soñó que moría hasta ese día no había conseguido dormir una noche sin pensar en eso, y por consecuencia soñarlo una y otra vez, justamente por eso, había perdido de vista todas las posibilidades de enredarse en algo real, que involucrara a otra persona. Cuando vio acercarse a esa chiquilina por la vereda opuesta algo hizo que su corazón latiera un poco más fuerte, no pudo sacar sus ojos de los de ella mas allá de la distancia que los separaba, pronto la conexión se perdió y siguió caminando pero al llegar a la esquina pensó que algo debía hacer, entonces se quedo ahí esperando por si había alguna remota posibilidad de que vuelva, y eso fue exactamente lo que paso, cuando la vio rápidamente cruzo hacia donde ella estaba y cuando ya estaban cerca tomo todo el coraje del mundo y le dijo su nombre, ella con la voz un poco temblorosa dijo el suyo, se llamaba Paz. Ese era el único nombre que conectaba con ella, su mirada era tan profunda, que hacia encontrar paz en cualquier persona, luego de decir eso abrió los ojos grandes, tenía los ojos verdes, y unas pestañas negras y largas. Desnudó su alma ahí mismo, solo con mirarla a los ojos sabia mucho de ella, aunque apenas supiera su hermoso nombre.

Paz y SimónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora