Ella estuvo quince minuto hasta que llego el colectivo y pudo subirse. Él se subió al mismo colectivo, en la misma hora y el mismo momento solo que dos asientos mas a la izquierda. Ambos al fondo, escondiéndose de todas esas personas. Esas personas que los podían lastimar y herir.
Ellos parecían los mas felices y mas cuerdos, pero, sin embargo, ambos estaban rotos.
Él cubrió nuevamente sus muñecas ensangrentadas, de cortes recién hechos, con sus pulseras y mangas de aquel buzo con capucha que utilizaba para esconder su rostro.
Ella oculto su cara entre la mata de pelo. Aquella pequeña chica ya huesudas, insegura, que se ocultaba de todos a la hora de almorzar y rezaba todos los días por adelgazar.
Parecían dos chicos comunes, alrededor de veinticinco años, no muchos más. Sonreían, mas sus corazones lloraban.
Ambos conectaron sus miradas unos segundos y mutuamente hicieron una forzosa sonrisa. Llegaron a su destino, y ambos en la misma parada se bajaron pensando "¿Qué se sentirá ser feliz como él/ella?"
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Corazón roto
شِعرVarios versos para las almas desamparadas y solas, lastimas y heridas. No están solos/as...