Apocalipsis de papel /C.G./

19/07/16

19 de Julio de 2016
Día de supervivencia: 2160
Lugar: Desconocido

El sol noquea mis sentidos con sus potentes rayos. No me permite utilizar mi vista en el punto que sería ideal, en el punto correcto, con esa nitidez y claridez que las puertas a mi alma me regalan. Me acomodo sobre una áspera y grisácea roca, bastante grande como el tamaño de un coche de juguete, esos en donde los niños solían gastar su acelerada e interminable energía; con mi cuerpo a espaldas del astro mayor, no quisiera enceguecerme ni nada parecido.

Largas hierbas, altos pastizales de tonos amarillentos cubren el suelo en donde las dos precisamente yacemos ahora. Nos rodean gigantes verdes pinos entre otros árboles de especies de la cual yo desconozco, en lo que solo puedo objetar que te dan un panorama bastante ensombrecedor, parecen dedos, o raíces que luchan febrilmente por tocar con sus puntas el divino cielo azul-celeste, tan alto que su meta está por cumplirse. Después de haber enfrentado miles de situaciones por las cuales tuve que pasar, esta es una de las más acogedora que afronté. El rico aroma de la naturaleza y el verde de ella profana completamente mis fosas nasales ¿Quién no desearía estar allí? A mí parecer nadie. Alejadas de las grandes ciudades, de la población, y de todo eso que lleve escrito "Problema en la frente con solo mirarlo una vez". No es lo mismo que antes, sin embargo tampoco se pueden, bueno, tampoco podemos olvidar que existen esas pequeñas cosas que lo cambian todo, que lo cambian para bien en muchas ocasiones. No tendríamos que pasar por altos a eso diminutos bellos detalles. Claro que no. Me considero una persona muy optimista si analizamos toda la actual situación, pero siempre existe ese punto de petróleo que mancha nuestra agua pura, contaminándola por completo, aunque ahora no quisiera entrar en detalles.

Y de repente ella me habla, había olvidado por completo su existencia junto a mí. Eso es malo. Su voz era tan dulce y angelical que no compartía con su ruda y fuerte personalidad, y menos esa personalidad en una niña de... ¿Cuánto?¿6?¿7 años? No intercambiábamos casi ninguna clase de palabra desde el día que la salvé de los infectados; no habrá pasado de un toma, ¿Tienes hambre?, ¿Estás bien? de mi parte, a lo que solo obtenía una respuesta con un suspiro de negación o afirmación, así que, el que ella me haya iniciado la conversación, o eso que fuere es un gran cambio radical positivo.

Le pregunto que es lo que necesita, si es que acaso se siente mal o enferma. He levantado mi mirada unos segundos, compenetrándome con sus hermosos ojitos color zafiro. Y sigo sin retirar mi decir, calificarla como un bonito ángel o un querubín sería lo más cerca a la realidad o lo más acertado a tan magnífica belleza. Pero con una conjetura pura, con un sentimiento puro; el hecho de haber olvidado a los niños y en este instante recordar como lucían es un gran golpe de realidad. Otro motivo por luchar, por el extraño pero magníco mundo en el que vivimos. En el cual sigue habíendo maravillosas cosas ansiosas por ser descubiertas.

Está sumida en el dolor. Cómo no saber que en sus ojos gobierna la tristeza, cómo no distinguir el brillo de la aflicción en ellos. Su familia, a los que ella esperaba con ansiadas ganas nunca aparecieron. No nos topamos con su agradable prescencia al rodear el lugar en busca de ellos. Y una buena interrogación es el cómo yo he de saber que son más de un persona, y la respuesta es simple: La caligarafía de alguien con un tiempo considerablemente corto hacía anuncio a la espera de su regreso en la pared que cubría el aljibe. Para ser específicos, la frase mencionada era "Volveremos por tí".

Me responde con una pregunta. Por primera vez puedo oír la melodía que su garganta emite. Tiembla, tiembla como si fantasmas corretearan entre sus cuerdas vocales, impidiéndole el sonido puro de su voz. -¿Me harás daño?-Murmura con su vista perdida en el horizonte. No caigo en lo mis oídos captan, alzo una ceja incrédula y clavó la mirada en el verde pastizal en frente mio. Pensé, pensé si dentro mí existía la capacidad o siquiera la fuerza de voluntad de hacerle daño a un semejante. Yo no la lastimaría ninguna forma. Temia pensar en lo que sufrió para tener esa mirada sobre mí-. Solo mátame.