Miles de pensamientos viajaban por mi mente a velocidad luz. Sentía lo caliente de su boca, sus cálidos labios, su lengua rozando la mía, joder... ¿a quién coños metirle? Esta chica sabía lo que hacia, sabía dar besos.
Por un momento, deje de sentir su calidez y me percatee que ella ya no estaba sobre mis labios y que se encontraba en su antiguo lugar.
-Joder parece que alguien aún no procesa. -Grace me golpeo con el codo.
-Mm. No es eso, el dinero. -intente ser seca. Porque no sabía ni como me estaba sintiendo ahora, sentía algo de asco.
-Si lo hacen una segunda vez.. Le daré algo adicional a ambas. -se cruzo de brazos. Louisa fruncio el ceño.
El timbre sonó, y sin esperar nada a cambio, ni despedirme. Me levante, tome mi bolso y me fui. Maldición, no soy lesbiana. ¡No lo soy! Esto solo ha sido un error eso es todo.
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Llegue a mi habitación y lance mi bolso a donde sea que cayó, me lance a la cama mientras tocaba mis labios suavemente con las yemas de mis dedos, cerré mis ojos y me la imagine, besandome, como hace un rato.. ¡No! Que cosas digo, que cosas pienso.
Me di una ducha rápida, e intente dormir un poco, pero no podía conciliar el sueño pensando en aquel raro acto que no salía aún de mi cabeza. Mordi mi labio inferior con fuerza, apreté mi almohada y empecé a llorar, me sentía confundida, sola, extraña, vacia. No debí besarle, ni mucho menos seguir pensándola ahora.
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Jueves.
El día comenzó como mi patética rutina diaria, nada nuevo por aquí, excepto en mis pensamientos que se consumían por un bobo beso. Camine por los pasillos y solo oía murmuros y chismes sobre la fiesta que tendrán mañana. Y obviamente yo iré, creo. A lo mejor así despejo mi mente de lo de ayer.
Unas manos rodearon mi cintura y un cosquilleo viajo por todo mí cuerpo, no sabia quien era. Pero nunca antes había experimentado algo similar, me di la vuelta para toparme con los orbes azules que conozco tanto.
-Louisa.. -susurré.
-Oh.. Ya no soy Lou. -fruncio el ceño y luego tuvo una leve y tierna carcajada.
-Lou.. Sueltame. -intente quitar sus manos de mi cintura, fue inútil, yo no tengo fuerza.
-Mañana iremos a la fiesta. -afirmo.
-No lo afirmes, yo aún no lo sé, porque tú estarás... y bueno -me tense un poco.
-Harriet, no estés así conmigo. Sabes que somos mejores amigas y te aprecio mucho por eso. -sus manos soltaron mi cintura para viajar a mi espalda y convertirse en un cómodo abrazo el cual correspondí.