3-Incómodo

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La chica rubia y la morena me miraban con cierta rabia, para ser sincera, no me importaba en lo más mínimo. Hubo un silencio un tanto incómodo pero luego las dos chicas insoportables siguieron hablando metidas en su burbuja.

El timbre sonó, formamos, subimos al salón y entramos a otra clase. El resto del día fue un tanto aburrido, los profesores solo se presentaban y eso. Gracias a dios salimos temprano porque francamente ya no había mas nada que decir por parte de los maestros.

Estaba parada en el patio esperando a que mi mamá viniera a buscarme. Revisé mi celular y como no tenía nada que hacer decidí mandarle un mensaje.

Sarah:  Mamá ya salí, ven a buscarme, estoy hambrienta.

Mamá: Está bien, llego en 10 minutos.

Como aún tenía que esperar a la mujer que me dió la vida, decidí sentarme en una de las mesas mientras llegaba. Empecé a sentir mucho calor así que me levanté, puse mi bolso en la mesa, coloqué mi celular entre mis piernas sosteniéndolo con ellas y me hice una cola de caballo. 

Escuché un ruido y cuando me di cuenta era de mi celular que se había caído al piso.

-Genial

Me agaché a buscar mi celular para recogerlo y me di cuenta que se encontraba debajo de la mesa. Me metí debajo para poder agarrar mi teléfono y de verdad que asco, estaba llena de chicles por debajo. Obvie eso y tomé lo que buscaba. Entonces vi algo que me llamó la atención, era un símbolo, igual al que estaba en la columna del salón y tenía exactamente el mismo número; que extraño de verdad.

Hice caso omiso de eso y me senté en una de las sillas de la mesa. Mi celular funcionaba a la perfección, no tenía ningún mensaje de mi mamá, así que tendría que esperar un rato más.

 Me puse a jugar con mi celular cuando sentí que alguien se sentó del lado opuesto de la mesa, subí la mirada y eran Andrés y otros dos amigos suyos. Los tres tenían una pequeña sonrisa, me les quede viendo unos segundos y como no decían nada seguí con lo mío. Pasaron los minutos y ellos seguían ahí sin decir absolutamente nada.

-¿Se les ofrece algo?- pregunté cortante.

-Hola Sarah- dijo Andrés

-Hola.

-¿Cómo estas?- volvió a preguntar aquel chico rubio.

-Bien- respondí y volví a bajar la mirada a mi celular.Pasó otro silencio extraño el cual fue interrumpido.

- Sarah, estos son mis dos amigos Edward y Cameron- dijo Andrés señalandolos.

-Hola- dijo Edward, un chico de cabello castaño con ojos muy lindos, eran una mezcla entre azuul y verde.

-Hola- dijo Cameron, otro chico de cabello castaño con ojos relativamente oscuros, como tenía la mirada baja no estaba segura si eran grises o marrones.

-Hola- saludé dando una pequeña sonrisa.

-Seguramente ya los habías visto antes, estamos en el mismo salón.

-La verdad no.

-Imposible que no hayas visto esta belleza- dijo Edward fanfarroneando de una manera burlona.

-No empieces- dijo Cameron mientras el y Andrés reía. Yo solo observaba y trataba de poner una cara amable. 

-¿Por qué se sentaron aquí? -Pregunté impaciente. Ellos se estaban riendo entre si y no escucharon lo que acababa de decir- Chicos- dije- Chicos- repetí- ¡Chicos! - grite fuertemente a ver si me prestaban ateción.

-¿¡QUÉ!?- dijeron aquellos tres chicos guapos en unisono, que digo, guapos no, aquellos tres normales chicos.

-¿Por qué se sentaron aquí?- pregunte nuevamente de mala gana.

-¿La mesa es tuya?- preguntó Cameron.

-No- dije a un tono a penas audible.

-Sabes algo Sarah- dijo Andrés mientras yo lo observaba esperando a que continuara con su oración- Pareces una buena chica, no te juntes con esas dos perras.

-¿Disculpa?

-Habla de la rubia y la morena, ya sabes- dijo Cameron

-Si, todos los chicos de esta escuela han pasado por ambas- comentó Edward

-Incluyéndonos- dijo Andrés en tono muy bajo y los tres empezaron a reír

-De todos modos no me agradan, me senté con ellas porque soy amiga de Amanda-aseguré

-¿Amanda?- pregunto el rubio e hizo una pausa- ¿Amanda Querci?

-Si...¿Por qu..- fui interrumpida.

-Porque este marica esta embobado por ella desde que puso un pie en esta escuela- dijo Cameron.

-Pero ella lo rebota- exclamo Edward

-Cállense- dijo Andrés

- El amor es una magia, una simple fantasía, es como un sueño- empezaron a cantar Cameron  y Edward al unísono muy alto.

-¡Ya basta!- gritó Andrés, Cameron, Edward y yo empezamos a reír inmediatamente. Se formo nuevamente un silencio incómodo y yo volví a jugar con mi celular. Los chicos comenzaron a hablar otra vez y yo simplemente los ignoré.

-¿Sabes lo que hacen las personas cuando están incómodas?- comentó Edward.

-Jugar con su teléfono- dijo Cameron

-¡Exacto!- afirmó Andrés haciendo un gesto con la mano.Levanté la mirada lentamente y les regalé una sonrisa hipócrita.

-Que se supone que debería decirles, no los conozco...- me interrumpieron.

-Podemos hablar, conocernos...-dijo Cameron

- Y puedes reírte también, solo digo- dijo con un tono extraño Andrés, los miré y tristemente no podía esconder mi incomodidad con mi celular porque ellos ya se habían quejado de eso. Mirar a la nada se convirtió en una buena opción, como era de esperarse se formó un ambiente nada agradable.

-Entonces, ¿Cuál es el problema de que nos sentemos acá?- preguntó Edward rompiendo la atmósfera incómoda.

-Ninguno, solo quería saber la razón- dije cansada.

Bueno- dijo Cameron- Queríamos conocerte- comentó seco e hizo una pausa, pasaron unos segundos y como no exclamó más nada acepte su argumento como una razón suficiente para hacerme compañía. Mi mamá me llamó al celular y eso significaba que estaba afuera; tomé mis cosas y me levanté de la silla, me disponía a irme cuando escuché que alguien se aclaraba la garganta para hablar- Yo quería conocerte. 




Academia O'ConnorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora