dos.

573 63 1
                                    

estaba nuevamente sentado bajo el árbol mirando a la chica, pero rápidamente tuve que mirar hacia el extremo contrario de donde se encontraba, ya que me descubrió observándola. y podría jurar que no ha dejado de mirarme aún.
cuando estaba casi seguro de que ya no estaba mirando, la volví  a mirar y ahora, traía a un gato en sus brazos.

cats ; lrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora