Los Sueños Son Reales (Toothcup)

Cap. 3 La Magia Heredada

Ya era hora de dormir y como era de esperar el jefe de la aldea ofreció su hogar para que durmieran pero Ogden la rechazo cortésmente y sin más volvieron al barco a descansar, mientras la hija del vikingo se encontraba ya lista en su cama después de comer en casa de hipo estando un poco "muy" incomoda después de lo dicho por chimuelo.

Flash back
-dejad de insistirle, no le enseñara a tu humano-gruño el wargo al borde de morder al furia nocturna
-si le enseñara, porque yo estaré para protegerlo-rugió chimuelo desesperado

Fue en aquel momento donde tryan se levanto y grito lo más fuerte que le dieron sus pulmones-¡SILENCIO!-

-¡YO AMO A HIPO Y LO DESEO CON TODO MI SER!- palabras pronunciadas por el dragón negro y dejando pasmados a la mestiza y a un wargo, quedando en un incomodo silencio por lo que quedaba de tarde hasta que hipo los invito a comer y ellos tuvieron que aceptar ya que sus estómagos gruñeron en ese instante, sería una larga he incomoda tarde.
Fin flash back

-no puedes dormir- pregunto tryan a su amigo mientras este cambiaba de forma
-después de lo que dijo ese dragón, es mejor que nos vallamos de este lugar- propuso sirón un poco inquieto
-sabes....propongo dormir y en los libros que tenemos busquemos una solución...después de todo es un guardián nocturno...y si no mal lo recuerdo...mi abuelo se enamoro de uno- dicho esto último en un susurro antes de cayera en un profundo sueño y su fiel amigo convertido en humano temporal solo la miraba con alegría, ya que esa historia paso haces muchos años.

Por fin llego la mañana y había un espectacular clima, todos los habitantes de berk hacían sus quehaceres matutinos como era de costumbre incluso los visitantes ayudaban a los pueblerinos, a excepción de una chica que buscaba entre todos sus libros algo para ayudar al furia nocturna y a su declaración de amor hacia su jinete o amigo....compañero...bueno como quieras llamarle.

-¡sirón...no lo encuentro!- dijo la chica al borde de la desesperación.
-y...no será el que está arriba del estante mi querida amiga- respondió el nombrado mientras apuntaba el dichoso libro y como era mucho más alto se lo bajo.
-jejeje...gracias...ahora veamos- mientras tomaba el libro y lo hojeaba
-¿y que buscas con exactitud?- pregunto curioso el chico lobo aunque la chica no le prestó absoluta atención ya que estaba concentrada buscando algo
-leyenda....mitos...lobos de guerra...no....este menos...mandrágoras...no...luna de verano...tampoco...debe estar por aquí...que este... ¡LO ENCONTRE!- grito una emocionada mestiza haciendo saltar a su acompañante sobre su lugar
-y ¿Qué es?- pregunto algo cabreado
-la leyenda de kïmel y la sombra de la muerte- respondió muy alegre su locutora
- y esa leyenda es...-
-kïmel es mi abuelo y la sombra de la muerte es mi abuela- dijo con cierta gracia

"se dice que después de que los elfos y vikingos llegaran a tratar la paz, una extraña raza de dragones negros con franjas azules merodeaba el sector, solo uno llevaba franjas rojas y era el líder, al principio éramos atacados pero tiempos más tarde, pasado unas doce lunas, el más hábil de los elfos en una noche de luna nueva, logro encontrar a los dragones pero dormidos, quiso matarlos pero el alfa lo tomo y se lo llevo lejos del lugar, la batalla comenzó en el aire hasta que aterrizaron y siguió en tierra pero lástima que el más herido era nuestro elfo, pero aun así el dragón se marcho solo lo dejo aturdido pero el muy necio lo siguió.

El bosque era demasiado denso pero aun así quería derrotar a la fiera hasta que en un claro del lugar sorprendió al ser en una enigmática transformación y una vez que el fuego rojizo la dejo de envolver logro apreciar a una mujer delgada de largos cabellos negros con un mechón rojo y una largo y hermoso vestido también negro con detalles en rojos. Sus ojos estaban tan clavados en la figura que no se percato cuándo esta le lanzo un ataque, claro que logro esquivarlo solo que quedo aun mas lastimado de lo que ya se encontraba.