Mi infantil ángel [Editando]

5.-No me dejes

Terminaron las clases, y yo venía por el mismo camino que hace un día me llamaba a la muerte. Algo cambio en el momento que sentí mi nombre con esa voz tan dulce, voz que posiblemente no escuche más debido a que soy un imbecil.

¿De verdad la habré hecho llorar? De todos modos no me miró mucho en el día. Ash no se para que me preocupo...

Salí corriendo de vuelta al colegio, y cuando llegue le pregunté a la gente si Noemi ya se había ido, pero nadie sabía sobre ella. En todo caso siempre se sienta sola, o con esa chica pelirroja llamada Margo. La sali a buscar por el colegio pero nada, hasta que pase por la sala de arte. Vi una larga cabellera negra cayendo por una mesa, así que sin saber si se trataba de Noemi o no, me acerque.

-¿Que haces aquí?-dijo sin levantar la cabeza del cuaderno

Si, era ella.

-Noemi, perdóname

Me agache enfrente de ella para poder estar más cerca de su rostro y que viera que de verdad quiero que me perdone

-¿Por que debería perdonarte? ¿Hiciste algo malo?-me miro a los ojos, y tenía una cara triste, era fácil leer lo que decia su mente.

-Noemi-le agarre su delicada mano- Perdóname, yo solo quería decir eso para que Gustavo no molestara más.

-Debiste cerrarme el ojo o algo... Quizás para entender que era una mentira, si es que lo es

-Es una mentira... Pero creo que la gente del colegio no nos debería ver juntos.

Bajo su mirada a su cuaderno de nuevo, el cual al verlo estaba lleno de dibujos, pero no eran caricaturas, eran dibujos realmente buenos.

-Noemi?

-Podría arruinar tu fachada de "popular", verdad?

-No

-Lo entiendo Alex, nadie quiere estar involucrado con alguien como yo. Excepto Margo

Margo era esa chica pelirroja que pareciera ser la única amiga de Noemi, siempre se sentaban juntas si es que era posible, ya que Margo padecia una rara enfermedad según sabíamos a duras penas. Pasaba varios días en hospital al mes, días en los cuales Noemi estaba sola , y tenía que soportar los molestos comentarios de Gustavo

-... Perdoname

-Te perdono Alex

-De corazón?

-Creí que eras diferente-cerro el cuaderno-lo siento si tu fachada de popular puede ser arruinada por una figura tan Infantil como yo

Me pare indignado

-No vuelvas a decir eso

-No es lo que acabas de decir tu!?-Me grito como si de verdad le estuviera doliendo está conversacion

-Es para que no te molesten a ti Noemi!

-Si no estoy con Margo me molestaran de todas formas.

-Margo no tiene nada que ver aquí!

-Ni tu me molestabas cuando estaba con ella. Ahora que está realmente enferma y no puede venir al colegio no piensan en como me pueda sentir yo con respecto a ella. ¡SOLO ME MOLESTAN!-Se paró del asiento-incluyendo tu me molestabas.

-yo...yo cambie-dije mirando al suelo

-Si claro, de un día para otro-empezo a guardar su cuaderno para escapar de mi

-Noemi-tome sus brazos con desesperacion- Escúchame, yo no quiero herirte más, lo siento si lo he hecho en el pasado, pero yo en este momento quiero que me mires de una manera diferente.

-No te hablaré

-Dejame ayudarte!-me estaba alterando

-Me ayudas mucho diciendo que no nos vean juntos en el colegio, por darte verguenza

-Es para que Gustavo no te moleste, me entiendes?-me empecé alterar

-Para que no me moleste a mi, o para que no te moleste a ti conmigo?-su cara se puso triste-me duele...-Se miro los brazos

La solté enseguida, con la discusion me altere tanto que empecé apretarle los brazos demaciado fuerte
¿¡INTENTAS QUE TE PERDONE O ALEJARLA MAS!?
Tomó su mochila y empezó a caminar a la salida de la sala

-Entiendo por qué lo pediste, y si, te perdono por lo que dijiste-solto cuando llegó a la puerta

-Noemi

Se detuvo mientras salía

-No me dejes...- me acerque a ella- Eres la única que conoce la parte no arrogante de mi.

Se quedó en silencio

-Entiendo que estés enojada, pero por favor no me dejes de hablar para siempre.

-Dejarás de ser un idiota conmigo?

-Te lo aseguro

-Está bien

Corrí hacia ella y la abrace tan fuerte que salió una pequeña queja de su boca. Me disculpe otra vez por ese pequeño descontrol y me sonrió tan dulce como siempre.

Juro no hacerla llorar nunca más.