Asesinato* "parte I"

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El sonido de la sirena de la Policía llenó todo lugar que se encontrará alrededor del hogar de la familia Johnson. Varios de sus vecinos dejaron lo que hacían para curiosear por sus ventanas o balcones. Un anónimo los había alertado de un posible asesinato en aquel lugar.

El oficial Peters empujó la puerta la cual estaba medio abierta e hizo una seña a sus colegas para que entraran.

Al entrar recorrieron el primer piso sin encontrar signos de alguna pelea o alteración, todo estaba pulcramente ordenado y limpio.

-Empiezo a pensar que ha sido una broma de algún puberto -opinó Brown mientras peinaba su melena castaña con las manos, utilizando su placa como espejo.

-No hemos terminado -dijo Peters, mirando fríamente a Brown.

El castaño notó la mirada de Peters y guardó la placa. Llevó la mano hacia su boca y tosió levemente. Peters giró su cabeza al escuchar un leve tintineo, casi inaudible. Agudizó el oído mientras se acercaba a lugar de donde provenía el sonido.

-¡Oficial, he encontrado algo! -Gritó Miller, el encargado de recoger evidencias.

Peters y Brown se dirigieron adónde se encontraba él. En cuanto llegaron, Miller señaló una esquina del final de la escalera. Había un mediano charco de sangre. Los bordes empezaban a ponerse cafés señalando que estaba ahí hace ya horas.

Brown sacó la cámara para fotografiar aquel charco y Miller procedió a sacar una jeringuilla para tomar un muestra de la sangre. Peters pasó por un lado del charco y subió las escaleras para llegar a la habitación en la que claramente se podían oír sollozos. La puerta estaba cerrada, arriba había un cartel que decía "Cler" y en su blanca madera se podía observar la huella de una mano ensangrentada. Tipíco cliché en las películas.

Sacando su pistola, el oficial Peters entró a la habitación en la que a duras penas se podía ver algo. Los sollozos pararon en el instante en el que encendió la linterna. Alumbró la habitación mientras la recorría, sin encontrar nada. Otra vez se podía escuchar aquel molesto tintineo de antes, esta vez proveniente del armario. Peters, que no le temía a absolutamente nada, estaba sorprendido. Pues, extrañamente, aquel tintineo le causaba una mala sensación en su espina dorsal. Lentamente se acercó al armario, el tintineo sonaba más fuerte a medida que avanzaba. Abrió el armario con una patada mientras lo apuntaba con la pistola.

Una pequeña niña se mecía mientras sollozaba. El oficial relajó el cuerpo al verla y con voz melosa le preguntó si estaba bien.

La niña levantó la cabeza de entre sus piernas mirándolo con temor. Sangraba por la nariz...






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⏰ Última actualización: Feb 24, 2017 ⏰

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