¿Para Siempre?

Licantropo?

—Alonso, ¿quién se llevó a Jos?—dije cruzándome de brazos. Alonso se incomodó y se puso nervioso por la pregunta

—Veraz es muy largo de explicar y tal vez te puedes asustar o no creerme. Pero tienes que ayudarme.

—No te entiendo, ¿Qué es lo difícil de explicar? ¿Qué está pasando Alonso?

—Jos, Alan y Yo somos licántropos, eso significa que Jos es vampiro, Alan es lobo y soy brujo. Pero como Alan y Jos se pelearon la manada de Alan se llevó a Jos. ¿Entiendes?

— ¿Qué quieres que haga?

—Solo tienes que ayudarme a buscarlo, por favor AYUDAME—se arrodillo.

—No por favor no te arrodilles Alonso, si te voy a ayudar solo deja le dejo una nota a mi mama para que no se preocupe por mi.

Fui por los post-it y le puse a la nota:

Hola mama, Salí con un amigo, no hare nada malo

Estoy bien, me puedes llamar a la hora que quieras

Para que me digas que regrese a casa, Te amo mama

Pegue la nota en el refrigerador.

—¿Sabes donde esta?

—Si, para hacer mi necesito ir a ti patio.

—Alonso... ¿Qué haces?...¡ ALONSO!

Con un volvo color morado formo un círculo, lo activo y de pronto el polvo morado brillaba. Me ofreció su mano.

—Vas a venir o me dejaras solo buscando en la oscuridad.

—Te acompañare a la oscuridad.

Tome su mano y los dos nos fuimos juntos a buscar a Jos, era verdad de que era un brujo. Pensé que era una de sus bromas.

Caí sobre él, sus ojos se encontraron con los míos, era hermoso ese chico, mi corazón estaba latiendo mil por hora con esos ojos, me estaban matando por dentro.

—¿Estás bien?

—Si.

Me levante y ayude a Alonso a levantarse.

—Bueno donde esta Jos.

—Shh... —nos escondimos en unas de las habitaciones de la gigantesca casa.

Nuestras manos estaban entrelazadas.

—Pase lo que pase no me sueltes tengo mucho miedo, no sé dónde estamos—le susurre al oído a Alonso.

—No pensaba soltarte.

Por detrás alguien me jala del cabello y me tapa la boca con una pañoleta, desgraciada mente solté la mano de Alonso.

—¡AlONSO!

Me golpearon la cabeza. Y me olvidé de mi.

Desperté atada a una silla, frente de mi también estaba atado Jos, tenía el labio roto y un ojo morado. Al lado de el estaba Alonso estaba sangrando de un golpe de la cabeza.

—Bienvenidos a la fiesta.

Dijo un chico en la oscuridad.