Quédate esta noche...

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Hola hermosas criaturas, aquí le traigo la continuación de esta historia, espero que les guste mucho el capítulo y que me merezca una estrellita o al menos un comentario. Este capítulo se los dedico a mis amigas: celmayryCX y Zaraisha69. Las amo chicas.

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-¡¿Dónde está la fuga!?- gritó asustada cuando el hombre le aseguró que la puerta del departamento estaba abierta y que en efecto ... podía entrar. Tenía en su mano derecha una herramienta de esas que solo usan los plomeros con experiencia.

Al poner el primer pie en la mullida alfombra se percató del hermoso camino de rosas que había a sus pies, alzó tantito más la mirada y observó la mesa para dos personas que estaba al final de esa vereda de pétalos de flores, sobre la mesa: dos copas y un vino enfriándose en un elegante cubo, platos, cucharas, tenedores , un mantel elegante.

Un aroma delicioso llegaba a su nariz, era una mescolanza entre: deliciosa comida y un aroma a vainilla. En una del par de sillas... un atractivo rubio con el cabello alborotado y la camisa bastante atrevida bebía un sorbo de su copa de vino. Ella quedó petrificada ante esa escena.

-¿Esta en el baño?- exclamó bajito mientras señalaba hacía dicho lugar. Marcus se puso de pie y sonrió mientras daba un paso hacia ella.

-¿Quién?- manifestó él.

-Lo siento- exclamó apenadísima y con un tono bajo de voz. –No sabía que estaba con alguien, es que vi el mensaje de la fuga y pensé que necesitaba que pasará a ver qué ocurría ya que recuerdo que le platique sobre mi curso de plomería online y...- se quedó callada. –Mejor me voy antes de que ella salga del baño, siento la interrupción- dio media vuelta con todas las intenciones de irse y con la cara de idiota avergonzada.

¡Qué ingenua era!

-¿A dónde vas?- cuestionó él mientras la jalaba de la herramienta que tenía en mano.

-¿Eh?- cuestionó mientras lo miraba a los ojos –A casa- y no es como si tuviera a otra parte a donde ir. –Buenas noches, disculpe la interrupción- estaba completamente segura de que Marcus Hoffman estaba en medio de una cita con alguna de sus hermosas conquistas, digo, no era de a gratis que hubiera una cena romántica frente a ella.

Definitivamente se sintió morir.

-Tranquila Catherine- la intentó apaciguar él mientras la tomaba de la mano y le quitaba el artefacto. –Ven, pasa- la guio él.

Ella no pudo evitar quedar petrificada ante él: "Catherine" quizás su insulso nombre se escuchaba maravilloso cuando salía de sus labios.

-Pero... su cita- se alteró ella. –No quiero interrumpir, fue un error venir sin avisar- habló bajito.

No tienes que hablar así- se mofo él. -¡No hay nadie más aquí!- gritó para hacerle ver que en efecto... no había nadie más. -¡Solo estamos... tú y yo!- le sonrió. -Siéntese hermosa señorita, por favor- solicitó él mientras la ayudaba a tomar asiento.

-Gracias...- aun no entendía nada de lo que estaba pasando, pero por alguna extraña razón no puso mucha resistencia ante la invitación de él.

-¿Quieres una copa de vino?- le interrogó al oído mientras la sujetaba de los hombros parado atrás de ella.

-Eh...- se quedó sin habla cuando sintió su aliento sobre su oreja. –Yo...- balbuceó. –Casi no tomo mucho alcohol...- el rubio parecía no escucharla porque sin duda le sirvió la copa. –No mucho, por favor- insistió ella al ver su falta de frenesí al servirle el vino.

-Tranquila Catherine, nada malo te pasará por beber un poco- aseguró él.

Ella se rascó la nuca.-He tenido malas experiencias...- fue lo único que tímidamente dijo.

Respetando a las bonitasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora