Prólogo

22 3 0
                                    

Todo empezó un año después de la muerte de mi madre, la mejor mujer que haya conocido nunca. Era bondadosa, amable, generosa... Le gustaba ayudar a cuantas personas requerían de su ayuda y nunca la había visto, que yo recordase, negar ayuda a alguien.

Mi madre murió cuando yo tenía nueve años, había pasado toda mi infancia rodeada de todo su amor y cariño, así como del de mi padre. Para mi padre, al ser hija única, fui un milagro de la vida, pues ambos habían desechado la idea de tener descendencia a la edad a la que me tuvieron y habían perdido toda esperanza.

Pero casi toda mi infancia la viví sin él, pues pasaba la mayoría de su tiempo dedicado al trabajo. Aunque no era un padre perfecto, cuando llegaba de trabajar, yo corría hacia la puerta y cuando la cerraba, saltaba sobre él, me cogía y dábamos vueltas y vueltas hasta acabar mareados.

Pero todo cambió un año después de la que había sido mi madre, mi heroína, pues meses después de su aniversario de defunción descubrí algo que nunca habría podido imaginar con respecto a la verdad sobre mis padres...

Dulce VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora