Capítulo 3

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Al pasar la entrada principal sabía que era cuestión de tiempo que Ryan retomara la conversación que teníamos pendiente, así que tenía que pensar rápido qué es lo que iba a decirle. 

Podría simplemente decir que habíamos discutido por algún problema en casa o por algo relacionado con mis estudios que no le hubiera gustado... Cualquier cosa. El problema era que no soportaba las mentiras, no quería ocultarle lo que estaba pasando, sobre todo porque sabía que si alguien podía tranquilizarme y hacerme ver que estaba exagerando era él. 

A falta de una excusa creíble, no me quedó más remedio que contarle la verdad cuando nada más atravesar las puertas del vestíbulo me preguntó: 

- ¿Vas a decirme qué pasa entre tu padre y tú o tengo que obligarte a base de cosquillas? -sabía que eran mi debilidad. 

- No será necesario. En realidad no es nada del todo serio, de hecho, ni siquiera estoy segura de que haya realmente algo que contar. Mi padre llegó anoche comportándose de una forma muy extraña y cuando le pregunté si estaba bien (en varias ocasiones), solo sabía responderme que tan solo estaba estresado y preocupado por un caso que estaban llevando, que, si te sirve de algo, lo que te ha contado esta mañana sobre él es mucho más de lo que conseguí sonsacarle yo, que fue nada en absoluto. 

- ¿Y ya está? ¿Estáis así porque no quiere hablarte de una caso? Sam, creo que estás sacando las cosas de contexto. Tu padre es abogado, es normal que sea reservado con su trabajo, se llama secreto profesional. Además, seguro que simplemente pensó que si te lo contaba acabarías aburriéndote y nada más, no es tan extraño. 

Como temía, Ryan era el único que me diría algo así. Y la verdad es que funcionó, consiguió quitarme el tema de la cabeza, al menos por un rato... 

Al salir de clase de francés me dirigí al aula de estudio, pues el profesor de biología no había asistido al instituto ese día y por lo tanto, tenía esa hora libre. 

Me senté el el sitio más apartado que pude encontrar, al final del aula y con la única compañía de Sarah Perkings, la chica con las mejores notas de todo el instituto, en el otro extremo de la mesa. Abrí el libro de historia, pues tenía un examen la semana siguiente e iba fatal de tiempo, así que decidí aprovechar esa hora, pero fue en vano. Nada más abrirlo, todos los pensamientos que había mantenido en el fondo de mi mente durante la clase anterior esforzándome por atender, salieron por fin. ¿Qué sería tan grave como para que mi padre hubiera actuado de una forma tan extraña? Ya había tenido casos realmente complicados antes, y tanto si creía que iba a ganarlos como si no, nunca se había puesto así. ¿Me estaba volviendo loca? ¿Estaba paranoica? Era bastante probable. Pero aunque me esforzara en pensar así, algo en mi interior me decía que siguiera mi instinto, que por muy loca que pareciera, tenía razón y algo iba realmente mal. 

Cerré el libro, sabía que no conseguiría concentrarme. Me levanté tan rápido que incluso Sarah levantó la cabeza para preguntarme por qué me iba tan pronto, y como no supe qué responderle, me fui sin decir más que un <<lo siento>>. 

No sabía exactamente a dónde ir, ya que sólo tenía una hora hasta que tuviese que volver a clase, de modo que opté por salir fuera y llamar a Melissa para distraerme. 

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⏰ Última actualización: Sep 27, 2017 ⏰

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Dulce VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora