Capitulo 10. Las latinas tienen corazon

38 2 0
                                    

Amelie.

La despedida me dejo un dolor en el pecho, un dolor que opacaba todo lo demás.

Recibí una llamada de Rosa a eso de las 10. Al parecer Jessie se reunió con ellas en el almuerzo, y les había contado:

-¿Estas bien? ¿Necesitas que vaya para allá? ¿Quieres compañía? Tú solo dilo y te juro dejo todo, dejo álgebra por ti Amelie.

Rosa siempre tan dramática, sabía que ganas no le faltaban para dejar su clase. Sujete con más fuerza la almohada que tenía entre mis brazos.

- Estoy bien Rosa, no tienes que salir de clase, estaré aquí cuando llegues.

La verdad es que no estaba bien pero ya no se trataba del imbécil de ayer. Oí un suspiro resignado en la otra línea.

-Bien, ¿Quieres que te llevemos algo antes de llegar?

Pensé mi respuesta.

-¿Y si mejor salimos? A comer pizza, o una hamburguesa, no lo se.

- ¡Si! - un muy animado festejó se oyó del otro lado. Callie, eso es seguro.

- ¿Estas segura? - Rosa no se oía muy convencida.

- ¡Sí, sí esta segura! ¡Dile que estas segura Amelie!

- Cierra la boca, a ti no te estoy preguntando. - ah, mis amigas, únicas.

-Estoy segura Rosa, cuando salgan de clases vayan directo al área de restaurantes, ahí las estaré esperando.

-Bien, nos vemos. Dile adiós. - Rosa le ordenaba a Callie.

-¡Adiós, te quiero más que pelos de espagueti! - se oyó algo similar a una cachetada aunque no creo que halla sido eso - ¡Hey!

Bueno si, tal vez si la golpeo.

-Adiós, las quiero.

Y ahora estoy viendo mi reflejo en el espejo, intentando descifrar como ocultar el moretón en mi cara que se había extendido durante la noche. Tal vez los maquillajes de Rosa me ayuden. Me levanté para buscar donde ya sabía que lo guardaba pero no estaba, no había nada ahí. Que extraño ¿Dónde estará?

No tenía mucho tiempo ya, había perdido hora y media tirada en la cama pensando en Jessie y en la noche que había tenido, tenía demasiado en mente, muchas cosas que tal vez sea mejor olvidar aunque aún no sepa como.

Busque en mi bolsa algo que me ayudara. Un corrector de ojeras. Perfecto. Con sumo cuidado maquille mi cara para ocultar cualquier evidencia de la tarde anterior y para no espantar a nadie con mi rostro zombie. Me coloque una sudadera encima de la blusa que probablemente Rosa había elegido para mi, con la intención de esconder mis golpes. Sujete un bolso con mis cosas en mi hombreo izquierdo y salí de la habitación.

La imagen que tenía de Jessie recostado a un lado mío me atormentaba, sentía demasiada seguridad de esa forma. Era tanto el sentimiento que llegaba a incomodarme.

¿Es posible que sienta eso? Es decir, es demasiado, demasiado para solamente tratarse de la persona que me rescato. Admiración y gratitud, si de seguro es eso.

¿Cómo podría sentir algo más por ese chico grosero y hasta mujeriego? No lo hacia, y punto. Si Jessie fuera otro, o si nos hubiéramos conocido en otras circunstancias, o si fuera otra vida... No lo se, quizás, sólo quizás mi respuesta a eso fuera sí.

Cada vez estaba más cerca, mis pasos eran grandes, no porque no quisiera hacer a mis amigas esperar. Si no porque, por más ridículo que suene, me asustaba andar sola. Aunque estemos a plena luz del día, sentí algo de temor, tonto, lo se. Aún así lo sentía y tal vez siga sintiéndolo por un tiempo, algún día se me pasara, lo sé perfectamente, mi vida no corre peligro en verdad también lo se. Pero no pidan que lo supere rápido, es muy pronto, mi alma aún se siente indefensa; mi cuerpo, el sentir es como si alguna de las personas que caminan a mi alrededor, ajenas a mi situación claro esta, chocara levemente conmigo y sólo con ese roce me rompiera en mil pedacitos que quedarían esparcidos por todo el suelo de la academia y no habría nadie que pudiera resolver el complicado rompecabezas de volver a unirme; siento como si fuera un blanco fácil sólo un golpe y se acabo.

Es un problema amarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora