En este nuevo instituto me sentía como en casa.
Hice muchos amigos nuevos pero, en poco tiempo, me di cuenta de quienes eran las personas más importantes en mi vida.
Tenía mi mejor amiga, que jugaba un papel muy importante para mi. Hacíamos todo juntas.
Su nombre es Tana.
Ella me presento a Rais, mi novio.
Después estaba Natasa, tiene un año menos que nosotras pero, es guapísima, a todos se les cae la baba por ella.Mi vida era perfecta, tenía a mis amigos, al chico perfecto y a lo que quedaba de mi familia.
Fue un día como hoy, cuando todo se empezó a desmonorar. El día había empezado bien, entraba al instito con Rais cogiendome de la mano, a todos les encantaba la pareja que hacíamos.
No estábamos en la misma clase porque tiene un año menos que yo pero, aun así, me llevaba unos centímetros. Yo tampoco soy muy alta.-- Nuestros caminos se separan -Me besa- Te veo después de clase.
Y aqui es cuando Nat y Tana entran en acción:
-- Ohh, que bonito, mira, se ha colorado.
-- Tú y tus intentos de hacerte la graciosa. - Le digo a Nat.
-- No te pegaré porque si llego tarde a clase, tendré tres negativos. Y no quieres saber lo que pasa cuando llegas a tres...
Cuando cojo asiento en clase, Silvia se pone en el pupitre a mi lado. Silvia es una chica con el pelo castaño, lleva las mechas californianas y sus ojos son del color de un caramelo de café.
-- Hablando del rey de Roma. - Paso de ella.- No hagas que no me escuchas...tengo algo que decirte EXTREMADAMENTE - dice recalcando la palabra - importante para ti.
-- ¿El qué? -Entra el profesor en clase.
-- Te lo digo al salir del instituto -Me dice medio susurrando. Puede que no sea tan mala.
Y fue allí, un día cualquiera, al salir del instituto, cuando mi muro, se desmoronó, piedra por piedra.