Capítulo Cuatro

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— ¿Estás bien?—le preguntó Justin y ___ asintió media dormida. Las quimioterapias la dejaban sin fuerza. Cuando esta cerró los ojos, Justin por fin pudo respirar tranquilo. Siempre que ___ cogía una quimioterapia, tenía miedo de perderla en una. El no quería eso. Es por eso que siempre estaba pendiente de ella y siempre le hablaba para mantenerla despierta. La miro dormir y apretó la mandíbula para no llorar. Lo había hecho toda la semana desde que la encontró. Verla así sin fuerzas, sin ganas de vivir, le dolía. El había hablado con el doctor y las esperanzas de que pudiera salvarse eran casi nulas. Eso le había caído como una patada. Su esposa no podía morir, no podía dejarlo. Menos a los niños. Ellos no podrán seguir adelante sin su mama, Justin tampoco.____ era la que le hacia la vida más fácil, la que le tenía todo preparado y la que siempre lo esperaba con un plato de comida. Tiempo atrás, nunca lo valoro hasta ahora. Hasta ahora que tenía que verla muerta en vida para darse cuenta que siempre la ha amado y que le fue infiel por un desliz. Las probabilidades de que ___ venza el cáncer de nuevo, eran muy pocas, pero Justin aun tenía esperanzas. Tenía que tenerlas. Ella era todo lo que le quedaba. Su familia nunca le ha interesado él. Lo único que le queda son sus hijos y ___. Si perdía a ___, perdía todo. No podía permitirlo. Ella pudo ganar la batalla una vez, puede hacerlo de nuevo. Es poco probable que el paciente venza la segunda vez, pero él tenia esperanzas de que ___ pudiera lograrlo. El estaba ahí dándole fuerza, tenía que salvarse sea como sea. Cogió la pequeña mano de su esposa y la acaricio mientras lloraba en silencio. Ya se le estaban notando los huesos y su piel estaba más pálida que nunca. Jamás la había visto así. Ni siquiera anteriormente cuando le do cáncer por primera vez. Miro el anillo de bodas en el dedo de esta junto con el de compromiso y sonrió triste. Ahora lamentaba tanto haberle fallado. Lamentaba haberla dejado sola cuando más lo necesito. Lamentaba no haber sido el hombre que ella merecía y que tiempo atrás le prometió ser. Le dolía tanto, pero sabía que se lo merecía. Merecía sufrir y aunque desearía sufrir de otra manera, le toco sufrir viendo a la mujer que amaba morir lentamente. Nunca imagino volver a estar en esta situación, pero la vida lo sorprendió y todo de golpe. Hubiera querido que su esposa explotara sobre su infidelidad antes y no ahora cuando ella también estaba sufriendo. Ambos lo hacían, pero más ella. Él sabia que ella lo odiaba por haberla traicionado, sabía que esta quería matarlo, pero sin embargo, ahí estaba porque lo necesitaba para ser fuerte. Ella a pesar de todo, lo necesitaba. ¿Cómo no pudo darse cuenta antes? Fácil, se dejo llevar por sus placeres y olvido lo que era lealtad a la mujer que le juro amor eterno. Ya ni siquiera creía que ___ lo amaba. Cayó más de un año su infidelidad por el bienestar de sus hijos y el no hizo nada para saber que le pasaba y porque el cambio de actitud. En otras palabras, nunca le importo su esposa. Si le hubiera importado, hubiera luchado por saber que le pasaba a esta, porque la distancia y la frialdad. Sin embargo, el la dejo a un lado y se fue con otra calmando su placer y ocasionándole una gran herida a ____. Se arrepentía tanto. Si él pudiera revolver el tiempo, con mucho gusto lo haría. Cambiaria su actitud con ___. Dejaría que esta fuera libre y tomara sus decisiones sin consultarle a él. Siempre le haría saber cuánto la amaba y lo afortunado que era de tenerla. Cogería unas vacaciones para estar con su familia y disfrutar a su princesa. Cambiaria todo, pero no se podía. Siempre viviría con el recuerdo de haberle fallado a su esposa. Siempre viviría con el recuerdo de no haber sido el hombre que algún día le prometió ser. También recordara lo imbécil y la estupidez que cometió al serle infiel. Al ver que esta se había quedado dormida, le quito las agujas del brazo y le puso unas gazas para detener la sangre. El no permitía que nadie tocara a su esposa excepto el doctor, nadie más. El quería cuidar de ella, el era su médico y su esposo. Ella era su responsabilidad. Le quito la máscara de oxigeno ya que últimamente no podía respirar muy bien y acaricio la mejilla de este. A pesar de las ojeras y de la gran palidez, seguía luciendo hermosa. Igual de como la conoció. Sonrió besando la frente de esta y suavemente, la cargo a la camilla de la habitación.

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