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Epílogo

— ¿Estás bien?—preguntó Ryan, su mejor amigo detrás de él y Justin asintió viendo por la ventana en donde se podía apreciar el atardecer. Ryan al ver que este no le contesto, suspiro. —Te dejare solo amigo—dijo saliendo del estudio en donde estaban. Justin sintió la puerta cerrarse y se sirvió un vaso de whisky. Lo necesitaba pata ahogar las penas. Prefería beber que seguir llorando. Ya bastante había llorado durante el entierro como para seguir llorando en la casa. ¿Pero como no hacerlo? Estaba en su peor momento. ¿Cómo no llorar? Había perdido a su mujer, a la mujer que amaba. Había perdido a la mamá de sus hijos, a su otra mitad. El había perdido su mundo. ___ ya no estaba con él, ella se había ido. Él le pidió que se quedara y ella se fue. Lo dejó. Lo dejó para siempre. Lo dejó con cuatro hijos, lo dejó solo. ¿Qué iba hacer sin ella? ¿Qué iba hacer con sus hijos sin ella? La pregunta más importante aquí era: ¿Cómo iba a sobrevivir sin ella? El no creía poder seguir viviendo sin ella. No cuando esta no iba a estar a su lado mientras duerme. No cuando esta no iba a levantar a los niños y hacer el desayuno. No cuando esta no iba a esperarlo hasta quedarse dormida. No cuando ella ya no estaba. ¿Cómo iba a seguir adelante? el no creía poder seguir adelante. Dudaba que lo hiciera más adelante. Siempre era ella a su lado a pesar de las circunstancias. Siempre era la que le traía luz a su vida. Ella alumbra su vida y ahora esa luz ya no estaba. Lo que quedaba era una triste vida rodeada de gris. El no quería esa vida. El no quería seguir viviendo si ___ no estaba a su lado. El no quería sonreír si no era con ella, no quería vivir. Pero no podía ser egoísta. No podía pensar solo en su dolor. También estaba sus hijos. El no podía dejarlos solos. Ya bastante solos se sentían si su mamá para que el también los abandonara. No sería justo que hiciera eso. Por más ganas que tenga de dejar todo e irse con ___ a un lugar mejor, no podía. Ya ___ se había ido dejando a sus hijos solos, era su responsabilidad seguir adelante. Tenía que dar lo mejor de él para sus hijos. Él le había prometido a ___ que iba a cuidar de ella y de sus hijos. No pudo cuidarla a ella, pero iba a cuidar a sus hijos. Ellos eran lo único que le quedaba de ella. Sus hijos eran su motor de ahora en adelante. Tenía que hacerlo, pero estaba seguro si podía. Sentía que su vida no tenía sentido. Ahora mismo sentía un inmenso gran vacío dentro de él. Aun le costaba asimilar que ella ya no estaba con él. Y eso que ya estaba enterrada. Le costaba y sabía que le iba a costar aun más. Sabía que se le haría difícil ver las fotografías alrededor de la casa y no acordarse. Se le haría difícil ver su mano en donde estaba el anillo de bodas y su pecho en donde tenía tatuado su nombre. Y se le haría difícil ver a su princesa y no llorar. Esther era igualita a su mamá y verla a ella era ver a ___. ¿Cómo iba a seguir adelante? no sabía cómo, pero era muy pronto para buscar una solución. Apenas la había enterrado y era muy pronto para recuperarse de esa gran perdida. Ahora solo quería estar con sus hijos, ellos son lo único que quería en este instante. Se sentó en la silla de su despacho y cerró los ojos. Recuerdos de la noche anterior le vinieron a la mente. Luego de hablar de la infidelidad, habían hecho el amor hasta cansarse. Habían hablado desde que se conocieron hasta cuando nació Esther. ___ le había contado todo lo que sintió cuando lo conoció. Habia admitido que mintió al estar interesada en lo que él hacía. Solo quería estar cerca de él. Él le había dicho que se haya dado cuenta porque sentía su mirada. Sonrió al recordar como esta se había escondido debajo de las sabanas avergonzada y el había empezado a contar todo lo que el sintió todo este tiempo con ella. Le había confesado que le había prohibido no seguir en su carrera por miedo a que esta se diera cuenta de la vida que podía tener lejos de él. Le había contado todos los miedos que sintió antes de pedirle su novia. Incluso hablaron de su luna de miel y de cómo se habían sorprendido al saber que estaba embarazada. Ninguno de los dos se lo espero. ___ había admitido que se había vuelto adicta al sexo y que por eso no se cuido. Justin no la culpo puesto a que él se era un adicto. La conversación se interrumpió cuando ___ se coló en su regazo y Justin la llevo a la ducha en donde volvieron hacer el amor. Luego habían comido algo mientras seguían hablando. Nunca habían hablado tanto como lo hicieron esa noche. Rieron, lloraron y sonrieron ante los recuerdos. Ninguno había vuelto a tocar el tema de la infidelidad. Ambos hicieron como nunca había pasado y ___ le había dicho que cuando todo acabara, ella quería seguir con sus estudios. Justin no se lo había negado puesto a que iba hacer todo lo posible por verla feliz, pero ___ le había dicho que si él era feliz, ella lo seria porque lo amaba. Justin no recordaba como terminaron dormidos, ni siquiera se acordaba. Solo siguieron hablando y se dejaron llevar sin darse cuenta del tiempo. Tampoco era como si quisieran estar pendiente. Ellos solo vivieron su propia burbuja. Justin volvió a la realidad al escuchar toques en la puerta. Se giro justo a tiempo para ver como sus hijos corrían hacia él.