Terminar de redactar aquel trabajo antes de la hora acordada me costó un gran esfuerzo, pero al final lo entregué y pude marcharme tranquila a casa. Cuando salí al estacionamiento, Lauren ya me estaba esperando afuera de mi auto, se había cambiado de ropa y ahora llevaba puesto un pants gris y una sudadera en color negro, también se había puesto una boina del mismo color. Caminé hasta donde ella estaba esperándome.
—Hola —Me recibió con un leve beso un los labios— te ves cansada.
—Cansada es poco, estoy hecha polvo —le dije, tratando de ahogar un bostezo.
— ¿Quieres que maneje yo?
—Gracias cariño, creí que nunca lo dirías.
Le di las llaves y me dirigí al asiento del copiloto, apenas estuve arriba, Lauren arrancó. Llegamos a mi departamento relativamente rápido y lo primero que hice fue darme un baño, cuando regresé, Lauren estaba preparando el desayuno y el café ya estaba humeando en la cafetera, listo para servirse.
—Que bien huele —le dije mientras la abrazaba por detrás y le daba un beso en la mejilla— ¿Qué es?
—Huevos, tocino, y tengo un baguete con queso en el horno. —Me contestó, ensimismada en su perfecta labor como ama de casa. Su peculiar toque maternal hacía que todo aquello me resultara dulcemente reconfortante. Comencé a besarle el cuello mientras acariciaba su vientre, al instante sentí como se estremeció entre mis brazos y que se le erizaba la piel al contacto con la mía.
— ¿Por qué no pones la mesa en lo que termino con esto? —Su voz sonaba como un jadeo. Sonreí para mis adentros y fui por los platos y los cubiertos para ponerlos sobre la mesa, serví café para las dos y saqué el jugo del refrigerador.
—Me gusta desayunar contigo.
— ¿De verdad? —Me preguntó sorprendida, y luego puso sobre la mesa un baguete caliente con queso fundido desbordando por todas partes.
—Sí, me encanta, no sé porque te sorprende. —Le di un sorbo al café.
— ¿Qué tanto te gusta? —Se sentó frente a mí y me miró con un peculiar brillo en sus ojos verdes.
—Mucho. —Le contesté sosteniendo su mirada.
— ¿Lo suficiente como para hacerlo por el resto de tu vida?
— ¿Intentas preguntarme algo, Jáuregui? ¿Alguna propuesta que tengas en mente?
— ¿Qué?... No, yo sólo preguntaba... era una pregunta tonta, olvídalo. —Desvió la mirada y comenzó a cortar el baguete, yo no deje de mirarla, se había puesto muy nerviosa, tal vez mis suposiciones habían sido ciertas y ahora sentía que había ido demasiado lejos. Traté de tranquilizarla.
—No puedo asegúrate algo para el resto de mi vida, pero si tuviera que seguir alguna rutina, sería la de verte todos los días. —Tomé su mano, la miré directamente a los ojos y sonreí. Ella también sonrío.
Terminamos de desayunar y Lauren comenzó a lavar los trastes, insistí en que me dejara ayudarle, pero se negó rotundamente, no me quedó de otra, más que terminar de tomar mi café mientras la observaba detenidamente, me sentí como un enfermo sexual observando a una pobre indefensa que no tiene la culpa de nada. Cuando mi taza por fin estuvo bacía, me acerqué al fregadero para dejarla ahí, pero después de haberlo hecho no me alejé, volví a abrazarla como lo hice cuando estaba cocinando el desayuno: le besé el cuello y acaricie su vientre por debajo de la blusa, aspiré el aroma de su cabello, y ella se estremeció varias veces entre mis brazos. Le volví a besar el cuello y estuvo a punto de dejar caer un plato.
— ¿Estás bien? —Quise saber.
—Sí... —Lo dijo sacando el aire de golpe.
— ¿Ah sí? Pues no lo creo, eso sonó como si acabaras de correr un maratón. —Lauren no dijo nada más, y yo comencé a bajar mis manos hasta acariciar su entrepierna, ella dejo de hacer lo que estaba haciendo y se aferró a la barra, como si tuviera miedo de caer.
—Camila..., detente... —Susurró casi inaudible.
— ¿Qué pasa? ¿Dónde está la Lauren de anoche? —Continúe besando su cuello.
—Está aquí, pero... —volvió a jadear y tuvo que agarrar una bocanada de aire para continuar hablando— así no..., de pie no puedo —Se había agarrado tan fuerte al fregadero que sus nudillos se habían puesto blancos.
—Tranquila, yo te sostengo —le susurre al oído. Comencé a mover mi mano, a rozarla contra su sexo, ella empezó a balancear su cadera, y permití que tomara su propio ritmo, sus gemidos sonaban ahogados, como si intentara contenerlos, sin embargo fue inútil, porque cada vez gemía más fuerte y se estremecía con una violencia increíble, quise bajar la velocidad, ir más despacio, pero ella no me lo permitió, estaba poseída por una pasión incontrolable.
—Camila... —gimió. Y yo seguí acariciándola, más y más..., quería llevarla al cielo, que lo tocara con las manos, que perdiera la noción del tiempo, quería hacerla enloquecer de placer, sentí la necesidad de hacerla mía, de prolongar su éxtasis hasta el límite. Entonces sentí un estremecimiento brusco, la escuche gritar, gemir, la sentí entregarse por completo a mí. La tomé más fuerte para que no se cayera, sentí como la fuerza la abandonaba y sus piernas cedían...
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¡Hola, buenas noches a todas mis lectoras! ^_^ Ya sé que el capitulo es muy corto, pero no he podido escribir en los últimos días, así que preferí actualizar con algo corto antes detener que hacerles esperar mas. Les prometo que de ahora en adelante voy a actualizar mas seguido, al menos una vez por semana, quizás dos. También me gustaría decirles que estoy trabajando en una nueva historia de temática lesbiaca con la etiqueta de Stally (para quien no saben de que hablo, les recomiendo buscar en YouTube, no se va arrepentir :3) bueno, de todas formas qui les voy a dejar el link para que lo chequen.
Por otro lado, espero que la historia les este gustando, de ser así, dejen un comentario, cualquier opinión es bien recibida ;) Bueno creo que eso es todo, cuídense y nos leemos luego :D
https://www.wattpad.com/myworks/48065610-mesa-para-cuatro

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Habitación 64
ФанфикLauren y Camilla llevan una relación perfecta dónde el amor y el sexo son el tema principal, pero todo dará un giro cuando un accidente borre la memoria de Lauren convirtiéndola un una persona completamente distinta a la que es realmente. ¿Podrá el...