Ella corre lo más rápido que puede.
Ellos también lo hacen , intentando alcanzarla.
Es más de medianoche y apenas puede ver con claridad, y el barro provocado por la lluvia de la noche anterior tampoco ayuda a la joven. Como si no fuera suficiente está en pijama y pantuflas, el viento gélido hace que tiemble mientras continúa su carrera y las pantuflas se hunden en el barro lo cual dificulta más su fuga.
Al llegar a la valla, donde se acababa el extenso jardín, aprovechó la ventaja que llevaba sobre sus perseguidores para quitarse las molestas pantuflas. Al verlos acercarse, con la mayor soltura y velocidad saltó la valla de aproximadamente dos metros. Eso mantendría ocupados un rato a aquellos secuaces.
- Bendita juventud- pensó ella aliviada al mirar atrás y comprobar que ningún alma la seguía.
Como se imaginaba que su suerte no duraría mucho decidió adentrarse en el bosque contiguo a la mansión que hasta este momento había sido su hogar.
La fatiga consumía la poca energía que le quedaba, no podría aguantar correr ni un minuto más. Mantuvo el móvil en la mano derecha, fuertemente agarrado, y comenzó a trepar un árbol aparentemente resistente. Escaló varias ramas gruesas hasta llegar a una altura apropiada , apropiada para impedir que los dos hombres que pretendían cazarla, pudieran verla.
Minutos después , los torpes secuaces finalmente lograron saltar la valla. Aminoraron la marcha al penetrar en el bosque, necesitaban estar muy atentos a cualquier movimiento o sonido que hubiera alrededor, ya que no podían ver con nitidez.
Habían dado muchas vueltas por el bosque, buscando a la joven hasta debajo de las hojas, poniéndolo todo patas arriba. Sin éxito alguno decidieron separarse y acordaron como señal de que uno de ellos la hubiera encontrado , un disparo al cielo.
El más fornido de ellos emprendió la carrera en dirección opuesta a donde estaba la muchacha, pensando que podía estar ya muy lejos de la mansión, que posiblemente haya salido del bosque y llegado a la carretera principal.
El otro secuaz carecía de una complexión tan desarrollada y era cinco o seis años más joven que su compañero. Patrullaba precisamente la zona donde la muchacha, que hasta hace poco le sonreía cada mañana al ir al instituto, se encontraba.
Se le ocurrió que quizás la dulce adolescente se hubiera subido a un árbol, asustada por aquella situación. Miraba la copa de los árboles en busca de una figura humana, aunque no podía ver con precisión.
La prófuga procuraba no hacer el más mínimo ruido, pero se moría de frío y no podía evitar tiritar; y hasta su respiración le parecía un gran bullicio.
Entonces ocurrió lo que ella temía:
El secuaz más joven examinaba el árbol donde ella se hallaba y pese a la oscuridad sus miradas se encontraron. Ella lo sabía: estaba todo perdido. Él la observaba sin decir nada y a ella le entraron ganas de llorar.
En aquel momento apareció el otro secuaz y el secuaz joven se dio la vuelta dándole la espalda al árbol de la joven.
-¿ La has visto ?- dijo el secuaz con dificultad, le costaba respirar, había estado corriendo demasiado.
El secuaz joven permaneció unos segundos en silencio, pensativo y finalmente dijo :
-No hay ni rastro de ella, no he encontrado ni la más pequeña pista de donde pueda estar. Seguramente ha llegado a la carretera y algún conductor se habrá ofrecido a llevarla al sitio que desea. Ahora hay que ir a informar al jefe.
Ella no podía creer lo que acababa de escuchar. Tenía la total certeza de que el secuaz joven la había visto; pero entonces : ¿ Por qué no la delató?, ¿ Por qué no cumplió con su misión de llevarla ante "El Jefe "?, ¿ Por qué la salvó?
Ella no encontraba respuesta a sus dudas, pero no podía perder más tiempo, en cualquier momento "El Jefe " les mandaría volver a revisar el bosque y si la encontraba el otro secuaz no tendría la misma suerte. Bajó del árbol y se dispuso a llegar a la carretera. Había recuperado fuerzas y aceleró el paso.
Se sentó sobre el asfalto y encendió el móvil. No podía acudir a ningún amigo ni familiar, serían los primeros lugares donde la buscaría "El Jefe"; desgraciadamente él conocía a todas las personas que la rodeaban, a todos menos a ....... ( se acordó como por arte de magia).
A todos menos a su amiga Emma. Localizó el número en los contactos y la llamó:
- ¿¡ Emma ?!,, Sí , soy yo. Sé que es tarde pero es importante, por favor , necesito tu ayuda. Estoy desesperada. Podrías pedirle a tu padre que venga a recogerme, ellos podrían aparecer en cualquier momento y atraparme.. Es tan tarde, lo sé, pero no tengo a nadie más a quien acudir. Ok , te espero aquí. Ahora te digo la dirección y lo que le tienes que decir a tu padre.
Tras darle a Emma las instrucciones sobre cómo tenía que hacer las cosas, se volvió a tumbar sobre el asfalto y miró la hora en el móvil. Las dos de la mañana.
Seguía mirando el móvil, algo le sugería que su plan iba mal. Entonces cayó en la cuenta y se levantó de golpe , alterada. Al Jefe se le podría ocurrir localizarla con el GPS de su móvil. Atemorizada tiró el móvil lo más lejos que pudo de ella y nuevamente empezó a correr, avanzando por la carretera.
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Enamorado De La Intrusa
RomanceUna joven huye de su casa al descubrir un secreto impactante; y se aloja en el apartamento de su amiga Emma. La nueva inquilina vivirá una experiencia llena de sentimientos confusos y se debe adaptar a su nueva vida , una vida junto a unas personas...