Capítulo 2

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En la escuela siempre me han catalogado como niña extraordinaria, siempre me he esforzado por sacar calificaciones relucientes, se debe tal vez a la complacencia a la que me sentía atada.

Recuerdo cuando entre a la primaria, en segundo año (primer año fue en otra escuela) al Colegio Francés Juana de Arco, ubicado bajando el puente de cantera, maso menos por la Villa.

Había tenido problemas en la escuela anterior así que nuestras opciones eran: 1) Colegio las Rosas. En lo personal nunca me gusto pues me chocaba como se veían con esa cosa de cartón en el cuello. 2) Escuela Cristóbal Colon. Siempre fue un colegio MUY estricto para mí, lo odiaba, (aunque nadie hubiera pensado que hoy lo amo) y 3) Colegio Francés Juana de Arco. La escuela no era tan grande, pero lo que hizo que me decidiera por esta fue el enorme árbol de Jacaranda. Con unos retoños lilas que hacían ver tranquilidad. Amaba ese árbol.

Cuando fue el primer día de clases llegamos tarde (como siempre) pero gracias a que llegue tarde conocí a la que sería mi "mejor amiga" en ese entonces, (o al menos por dos años). Era casi igual de delgada que yo, tomando en cuenta que yo era un hueso. Tenía el cabello negro amarrado en una media coleta, era más alta que yo. Tenía una tez morena clara con ojos cafés. Y un vellito que sobresalía en el puente de su nariz. María José era el nombre de aquella niña, la cual se hallaba en mi grupo (coincidencia del destino). Pasábamos todo el tiempo juntas, hasta fui a una fiesta de cumpleaños suya. Pues, estaba difícil la cosa, vivía LEJÍSIMOS de mi casucha.

Cuando la amistad se acabo es cuando el siguiente año un nuevo niño entro a la escuela, Maximiliano era el nombre. Quedó en nuestro grupo (nosotras habíamos quedado juntas otra vez) a Marijose le gustaba mucho, a mí nunca me interesó. Solo éramos amigos, un día, la encontramos sentada arrodillada con los ojos cerrados, muy apretados, como evitando algo. Le hablábamos y no respondía, la movíamos y seguía igual. Cabe aclarar que ella tenía un genio de los mil demonios.

— ¿Y si le damos una cachetada de aire?

Fue lo primero que pensé, esas en que solo acercas la mano como si le fueras a pegar pero no lo haces, solo sientes el aire. Max de inmediato aceptó, aunque no comprendió mi idea del todo. Pues el si le dio la cachetada COMPLETÍSIMA. Claro, se despertó, histérica pero despertó; y se puso a gritar y le pedimos perdón pero eso no nos libró del castigo de la maestra y el reclamo de su mamá.

La plática con mi mamá fue sumamente tranquila (en esos tiempos era mucho decir) realmente como una pequeña ingenua esperaba que las cosas con mi amiga se arreglarán pues la quería muchísimo.

Cuando entre a esa escuela era como que la "sensación" de la chica nueva pues, como todos se conocían ya era la tentación de ver que hace el desconocido en los nuevos territorios. En una escuela de dos grupos por grado, con no más de veinticuatro personas por grupo. Muchos morenitos, muchos gorditos, otros muy flacos o muy altos, y varios con diferentes rasgos (algunos muy bonitos) pero, cuando yo llegue se vio cambiadito el ambiente. Yo soy de tez blanca, muy blanca; antes casi traslúcida y muy delgada. Todas las niñas eran mis "amigas" y podía sacar a cualquiera que yo quisiera del club. Y los niños de mi grupo, (varios como mínimo) andaban detrás mío.

Recuerdo a mi primer novio en la primaria (en preescolar ya había tenido un novio) se llama Gabe, quién, también era delgado y muy blanco. Cuando fue el primer día, nos pusieron a hacer un juego

de sentarnos y pararnos, que para calmarnos según; y cuando estábamos en ello una niña llamada Brisa me dijo "Oye Eli, Gabe dice que si quieres ser su novia", en ese instante yo me quede así de ¡No me conoce! Pero, solo trate de aumentar el tiempo a ver si llegaba a librarme hasta la salida. Trate de mandarle mensajes de Las Guerras de las Galaxias y así, pero no cedía. Cuando le dije a Brisa que le dijera que no sabía, su cara solo reflejó tristeza, y me sentí mal; entonces le hable a Brisa y le pedí que le dijera algo.

—Brisa, dile a Gabe que si aceptó ser su novia pero solo si saca muy buenas calificaciones.

Ella inmediatamente fue con él, ¿patética yo no? Y así fue como me volví su novia. Al otro día me envío una hoja doblada en un círculo toda arrugada, la desdoble y no había nada. Entonces caí en la cuenta de que era un anillo. ¡Más patético aún! Terminamos al siguiente día, ni siquiera recuerdo por qué. Como me recuerda la situación, estaba chica. Al igual que todos a esa edad, ¿Quién se toma enserio esto del amor? Yo siempre he creído en el amor, es mi fuerte. Yo creo que si hubiera una carrera que se llamará "Cupido. Relaciones exteriores de amor y soluciones interiores de males" Sería mi única opción y la exentaría de lo buena que soy en ello. Siempre he creído en esto, pero con el paso de los años la palabra va adquiriendo un significado más concreto, y lo procuramos como tal.

Ese año saque todas las medallas y diplomas posibles, (como estaba acostumbrada) y yo me sentía realmente feliz, pero esa felicidad no se comparaba a la de mi mamá.

Era algo tan especial cuando sonreía eufórica por ver los premios que había ganado, aunque también era eufórica su cara cuando no lo hacía bien o no lograba todos los premios. Recuerdo cuando mi titular nos felicitaba a ambas. Ah, mi titular, La miss Rocío o Tititi como la llamábamos.

Era un amor de persona, tan linda con su cara rechonchita y su cabello negro siempre recogido. Siempre nos trató bien, incluso me regaló un libro de figuras desplegables que, mostraba muchas criaturitas de mar desde los pececitos más pequeños hasta los más grandes y temerarios. Con una dedicatoria hermosísima. La extrañe cuando se fue, recuerdo que no había venido varios días y un día me mandaron a dejar unos archivos a la dirección, entonces me asome y la vi. Trate de esconderme en la pared para que no me vieran y escuchar lo que estaban diciendo.

La miss Eli y la secretaria la consolaban, ella no paraba de sollozar. Yo solo me preguntaba, ¿Qué le pasa a la Tititi?

Cuando empezó a hablar, mi mente se quedó en blanco, su padre había muerto. No podía imaginar cómo es que se sentía, corrí al baño y espere hasta que se marchó para ir a dejar el encargo. No sé dónde se encuentre ahora, o si ya no se encuentra en este mundo, pero donde sea que este, le deseo lo mejor. Siempre me trató realmente bien, mi último recuerdo de ella es como se ve con sus ojos rojos e hinchados, llorando un mar de lágrimas. Pero, en deuda a su linda manera de ser conmigo, solo la puedo recordar como mi Tititi, la maestra que cargaba una sonrisa en su cara siempre.

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⏰ Última actualización: Aug 24, 2015 ⏰

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