Un nuevo comienzo para los dos. | Book #1

Epílogo.

¿Qué creían? ¿Qué lo iba a dejar así? NOOOO :) soy buena ok u_u Aviso antes que lean, cuando Yugi llega a su mundo, ahí pasaron solamente unas horas, mientras que en el de espíritus pasaron días.

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En la mansión de los Ishtar se encontraban Jonouchi, Honda y Anzu tras haber hablado con sus mejores amigos con ayuda de Ishizu quien hiso una especie de ritual. Lograron hablar con ellos por muy poco tiempo, pero igual estaban felices de poder haberlos visto aunque sea una sola vez.

Cuando estaban por irse los tres amigos una luz resplandeciente apareció detrás de ello, los tres voltearon intrigados por aquella luz, pero al voltearse los cegó por unos momentos.

Escucharon como un cuerpo era depositado en el suelo, cuando la luz desapareció todos quedaron el shock al ver aquel cuerpo, Anzu gritó aterrorizada al ver a Yugi con terribles heridas en su cuerpo.

De inmediato corrieron en su ayuda sintiendo un terrible dolor en su pecho, Jonouchi lo tomó en brazos intento despertarlo con cuidado, vio las ropas que traía, seguramente son de Egipto. Pensó el rubio. 

Tenía terribles heridas en casi todo su cuerpo por lo que veían. Quemaduras, e incluso golpes y manchas de sangre por su rostro. Yugi respiraba con dificultad, después de aquella batalla y de sacrificar su sentimiento más importante...

- ¡Tenemos que llevarlo a un hospital ahora! - Gritó Honda a su amigo rubio quien igual estaba totalmente destrozado al ver a su mejor amigo así.

Jonnouchi miró a Honda y asintió decidido, tomó a Yugi entre sus brazos cargándolo y dirigiéndose a un hospital de Egipto lo más pronto posible.

Los tres se preguntaban: ¿Qué fue lo que le habrá pasado en Egipto? pero sobre todo ¿Dónde estaba Atem? ¿Por qué no vino con él? ¿Dejó que esto pasará? esta y miles de preguntas se cuestionaron los amigos, mientras se subían en la camioneta de los Ishtar, quienes también se vieron en shock al ver a Yugi en ese estado y partieron al mejor hospital de todos.

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Mientras tanto en Egipto se encontraba Atem aún destrozado por lo que acababa de pasar, los de la corte decidieron dejarlo solo ya que no era momento de molestarlo, y mejor se encargaron de lo arreglos del palacio que había sido un poco destruido y sobre el pequeño Heba quien sí lamentablemente falleció en batalla.

Isis no pudo hacer nada más para curarlo, ni con los artículos del Milenio pudieron recuperar su vida, el ya estaba a lado de su familia y con Ra arriba en el firmamento.

Mana estaba en los brazos de Mahad rompiendo en llanto por la perdida de Heba y por la de Yugi ¿Por qué tenía que pasarle esto a ellos?

El mago sólo consolaba a su alumna, preguntándose que habrá pasado con Yugi al desaparecer.

De algo estaban seguros, están completamente agradecidos por el valor de aquel chico tricolor similar al faraón, quien los salvó, la vida del faraón y la del Egipto, no... del mundo.

No estaban completamente seguros del porque había desaparecido así como así, primero descartaron la idea que el estuviera muerto, ya que Atem les negó rotundamente que él no estaba muerto sólo que estaba en un lugar lejos de el.

No tenían la mínima idea que había pasado con él.

Atem por su lugar lloraba amargamente golpeando varias veces el suelo hasta lograr lastimarse. No le importaba, nada le importa excepto encontrar a su querido Yugi.