Capítulo 1.

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"No te pertenezco ni quiero pertenecerte."  


                                                                                     Hanbin

Descubrí las finas y blancas piernas de Sun Hee apoyadas en una de las columnas que flanquean la entrada de mi edificio, cuando mi mejor amigo y yo salíamos del garaje. 

JiWon me lanzó una mirada burlona de lo más significativa. Minutos antes habíamos
discutido sobre las probabilidades que tenía de encontrarme con Sun Hee.

JiWon me había dicho dos opciones: la primera era que podía ser que apareciera por casualidad o, al menos, eso me haría creer; la segunda, que se presentara en mi casa de improvisto con un modelito de infarto y dispuesta a cualquier cosa.

Yo no esperaba ninguna de las dos y JiWon se decantaba por la segunda opción. Llevaba razón.


Y ahí estaba, dejando que sus caderas se dibujaran provocativas bajo una
corta falda azul y observándome, expectante a mi reacción, que no fue otra que mirarla
de arriba abajo.

Tenía que admitir que estaba increíble, y que aquellas piernas no eran aptas para cardíacos, pero sabía que todas esas sensaciones un tanto libidinosas se desvanecerían en el momento en que Sun Hee abriese la boca.

Le había dicho millones de veces que no la quería, que nuestra relación solo era sexual, y ella parecía aceptarlo dichosa. Me había dicho que era lo único que quería de mí y yo era lo máximo que podía ofrecerle.


Balanceé las llaves de mi moto entre mis dedos observando de soslayo la reacción de mi amigo, quien se acercó a su Honda CBR gris, arrancó y dio un pequeño saltó al sentarse. Su sonrisa burlona me molestó bastante.

—Te espero en la casa de JinHwan.

Aceleró directo hacia mí esperando que me asustara. Pero yo ni siquiera me moví, aunque aproveché, eso sí, para regalarle una sonrisa impertinente. Nos conocíamos demasiado bien, y sabíamos descifrar cualquier mensaje que enviara nuestro rostro. Era mi amigo, pero lo consideraba mi hermano.

—Sé bueno, HanBin —se burló antes de salir del garaje—. Y tú, no seas demasiado dura, Hee.

Desapareció entre la gente que se agolpaba delante del edificio de apartamentos, en
esos momentos una sucia calle con una farola húmeda por la lluvia, resaltada por la luz anaranjada que desprendían las luces de la plaza.

Hee me abordó rodeando mi cuello y empujándome contra la pared. Sabía bien cómo moverse para retenerme y capear mis intentos por apartarla.

—¿Por qué no has contestado mis llamadas? —preguntó besándome el cuello.

—No sabía que tuviera que hacerlo —dije bruscamente mientras ella metía las manos bajo mi camiseta para acariciar mi vientre—. Hee, tengo que irme. Me están esperando.

—Ahora estás conmigo —susurró rozando mi oreja con su lengua.

Se aferró con más fuerza a mi cuello y no pude evitar apretarla entre mis brazos, ansioso. Hee sabía que me descontrolaba con facilidad y supo provocar esa situación para no dejarme escapar.

Recorrimos enganchados cada rincón del garaje hasta que llegamos al pasillo de mi
apartamento. Ella conocía bien el lugar y sabía por dónde guiarme; afortunadamente tuve tiempo de ver que sus intenciones eran entrar y subir a mi habitación, pude impedirlo deteniéndome en la sala.

La senté sobre la mesa y me quité la playera sin dejar de besarla. Acaricié sus muslos mientras su respiración desbocada recorría mi cuello. Hee clavaba suavemente sus uñas en mi espalda atrayéndome, aún más, hasta ella. Mis besos se alejaron de sus labios, los deslicé por su cuello, por su clavícula y por su vientre antes de volver a subir; sabía que aquello la volvería loca. Efectivamente, soltó un ligero gemido, y yo sonreí levemente escondiéndome tras su ondulado cabello teñido de rubio.

—¿Por qué me haces esto? —preguntó buscando mi boca.

Negativo más negativo - B.I (Kim Hanbin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora