Me enamoré de ella como la luna lo hizo del sol; no siempre le tiene cerca, pero nunca está lejos y sabe que ha estado en el lugar donde ahora se encuentra porque siente su calor, ese que la cobija en las noches pero la vuelve fría ya que desearía que él estuviese allí. Ella, se podría decir, es mi Sol, quien ilumina la oscuridad de mi vida, la que provoca que me suden las manos cuando estoy muy cerca a su presencia. Me brinda su calor en el día y trato de no perderla en la noche.
Le escribo en mi oscuridad, y por eso he creado este libro, necesito que alguien me lea, ya que ella no lo quiso hacer.