Antes de que viniera, ni siquiera existía la noche, no había nada, mi vida era un perfecto círculo en el que la monotonía era el centro. Sólo respiraba, y ejecutaba las mismas acciones una tras otra... Ella fue mi Big bang. Bueno, no fue quien me creó, pero sí quien me adornó. Antes de ella, yo era un vacío.... y luego sentí su tacto; hubo en mí una explosión de sentimientos y sensaciones donde fue ella la protagonista, dueña de todo el espectáculo. Se sentó a ver en el mejor asiento: el cielo. Era quien me iluminaba en medio de la oscuridad, era mi sol. Cuando estaba yo agotado, me iba a descansar a su lado, pero a ella no le gustaba y bajaba al escenario. Le veía danzar en medio de mi desorden y sentía como poco a poco organizaba mi vida. Cuando bajó, el cielo palideció hasta quedar en la oscuridad, ella alzó la mirada y lentamente comenzó a brillar, giré a mí alrededor y pequeños círculos brotaban de la nada, por último mis piés comenzaban a lanzar luz hasta que me convertí en fuente de iluminación.
Ella fue mi Big Bang, aunque no me creó fue quien me enseñó la vida. Me mostró qué hay más allá de la monotonía, me enseñó que yo sentía.