Él era diferente. Parecía diferente y definitivamente lo era. Llevaba un curioso abrigo color crema con el forro del cuello en alguna piel sintética, pero yo sabía que podía permitirse uno que llevara piel real.
Sus jeans negros se ajustaban a sus escualidas piernas.
Los pantalones tenía dos boquetes, uno en cada rodilla, tapados por unas rodilleras cosidas a mano, por lo que supuse que vivía con su madre, o con alguien que lo cuidara bien.
Llevaba unas botas de color chocolate desgastadas en la punta con algunos copos de nieve encima pero incluso con ellas puestas se apreciaba que sus pies eran grandes. Él era grande.
Mediría mas o menos un metro ochenta y cinco, su espalda era ancha y sus brazos musculosos pero no demasiado, él nunca era demasiado.
En una de sus manos tenía una cruz tatuada y, según lo que me contó después, no era el único que tenia.
Sus labios tenia una forma perfecta y eran de un rosa... un rosa como el de las rosas en primavera, o un rosa como el jugo que queda al final del bol cuando comes fresas con azúcar. Parecían tan dulces.
Sus ojos eran prados pacíficos y calmados. Veraniegos y soleados.
Eran las piedras estrella de un collar de esmeraldas. Tenia el tabique de la nariz recto y los orificios no demasiado grandes.
Su pelo consistía en tiras de chocolate rizado. Peinado hacia atrás sin demasiado esmero y casualmente.
Las puntas de los mechones le rozaban el cuello y estoy segura de que me harían cosquillas si los ponía sobre mi espalda.
Su mandíbula era dura, marcada, el hueso de esta sobresalía de un lado dando un aspecto aún mas masculino y serio.
Pero en cuanto sonreía un adorable hoyuelo aparecía en su mejilla izquierda haciéndole verse como un dulce y cariñoso niño.
Y es que era dulce y cariñoso, pero ya no un niño. Debajo de sus esmeraldas había dos bolsas púrpuras que indicaban que ya era mayor como para beber, y si no lo era lo haría igual. Era rebelde y tranquilo, cabezota pero se influía en él con demasiada facilidad. Era confiado y frío al mismo tiempo, alegre pero irónico, cruel y cruel consigo mismo.
No era un niño de papa cualquiera, a pesar de que pudo haberlo sido. Independiente, orgulloso y duro.
Duro e exigente con su madre, la que le cosía las rodilleras y se preocupaba por él, con su padre quien se fue hace años de su casa, con su hermana quien solo quería ayudarle, con sus amigos que le habían visto marchitarse e incluso con la chica que amaba.
Pero con quien era mas duro, frío, exigente y un absoluto mounstro era con él mismo.
Y él mismo, era Harry.
El único e irrepetible Harry Styles.
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D E C E M B E R. 'Haylor' (actualizaciones lentas)
FanfictionEl era hielo, yo calor y juntos derretimos el muro de niebla espesa que cubría su corazón. ... Todos los acontecimientos de esta novela son hechos de ficción, la edad de los personajes y su comportamiento no tiene semejanza ninguna con el mundo rea...