Capítulo 4

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ATENCIÓN!

Este capítulo contiene lenguaje sexual explícito.

Cuando Carol se despertó a la mañana siguiente el brazo de Daryl estaba sobre ella y él todavía estaba roncando suavemente. Al moverse ligeramente pudo sentir que estaba excitado, incluso a través de sus ropas. Una corriente cálida se filtraba a través de su cuerpo y Carol se sonrojó.

Ella se quedó inmóvil y disfrutó de la sensación de él, mientras pensaba en lo mucho que le gustaría quitarle los pantalones y verlo totalmente erecto, tocar su polla, acariciarlo ... Carol tuvo que obligarse a parar. Ella se giró cuidadosamente en ese momento, no había forma de aliviar su acumulación. Ella consideró seriamente tratar de meter una mano dentro de sus pantalones, tocarle, se imaginó a Daryl tocándose tal vez como tantas noches solitarias lo habría hecho en la cárcel, pero se habían acostado tarde y hasta el más mínimo movimiento probablemente lo despertaría.

En cambio, se tomó unas cuantas respiraciones para calmarse y trató de pensar en otra cosa. Carol se centró en las noticias de la noche anterior. Douglas tenía algo que decirle, lo que probablemente significaba que estaría comenzando su primer turno en el campanario ese mismo día. Su cuerpo respondió con un tipo diferente de emoción. Ella tenía muchas ganas de ser parte importante de la comunidad si se iban a quedar.

Las técnicas de distracción iban bien hasta que Daryl se movió, presionando hacia ella, recordándole una vez más lo que se escondía en sus pntalones. Por si fuera poco su mano se había movido, y estaba rozando su pecho. Carol tuvo que luchar contra una risita. Daryl estaría absolutamente mortificado si supiera lo que estaba haciendo.

Su mente comenzó a divagar de nuevo. Carol deseaba poder darse la vuelta, mirarlo, enganchar la pierna alrededor y presionar contra él, sintiendo su erección aún más cerca de donde ella anhelaba que la pusiera. Se preguntó si Daryl siempre pensaba en ella de la misma manera. Si ella no estuviera en la cama con él esa misma mañana él habría despertado, tomado su polla y liberarse de su acumulación? ¿Él habría pensado deslizándose en su coño mojado y follarla hasta que ella gritara? Era demasiado, pensaba en lo mucho que deseaba a Daryl. Carol no pudo resistir y apretó su trasero contra él, frotándose contra su polla dura.

Daryl despertó al instante y Carol sintió que sacaba la mano de su pecho y se giraba dándole la espalda. Se mordió el labio, conteniendo la risa y fingió que estaba despertando. Carol bostezó y se estiró, "Buenos días". Trató de hacer que su voz sonara soñolienta. Carol se dio la vuelta y apoyó a sí misma con un codo, mirando la espalda de Daryl. Estaba sentado en el borde de la cama.

"Buenos días", respondió, sin mirar en su dirección. "Tengo que mear", añadió, saltando de la cama, prácticamente corriendo, salió de la habitación. Pero él no era lo suficientemente rápido para que ella perdiera el bulto considerable en sus pantalones. No es como si ella nunca lo hubiera visto tratando de ocultar una erección antes. Pero en general, no eran más que un pequeño levantamiento, no una erección plena como esta mañana.

Carol se sentó en la cama preguntándose qué era exactamente lo que estaba haciendo en el baño. Cuando escuchó el agua de la ducha estaba casi segura de que estaba liberando su erección. ¿Por qué diablos no? pensó, se deshizo de sus pantalones. Tenía tiempo. Habían pasado años desde que había estado con un hombre. Aunque la verdad ella prefería su vibrador antes que lo que Ed le ofrecía, o más bien exigía. No sería así con Daryl. Él la tocaría suave y tímido al principio ... Carol deslizó una mano dentro de sus bragas y se tocó a sí misma como ella imaginaba la fuerza de Daryl. En ese momento ella estaba tan caliente que podría haberse trasladado directamente a su clítoris y terminado en cuestión de segundos. En cambio, se tomó las cosas con calma, burlándose de sí misma, prolongarlo, imaginando que eran los dedos de Daryl deslizándose dentro de ella, sintiendo su húmedo deseo por él. Carol contuvo un gemido cuando ella levantó las caderas, empujando sus dedos más adentro. Oh Dios Daryl, ella gritó en su mente. Carol cogió un pezón con la mano libre, deslizando la otra y moviendo sus dedos resbaladizos a su clítoris. Frotando en pequeños círculos con sus dedos húmedos. Se pellizcó y frotó su pezón erecto, al tiempo que aumentaba la velocidad y la presión sobre el nudo hinchado entre sus piernas. Con un movimiento repentino y cegador Carol alcanzó su punto máximo. El calor inundó su núcleo deseando que Daryl estuviera allí para que pudiera aferrarse a él mientras lo hacía.

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