KEVIN

Capitulo 5

Después del cansado fin de semana que acababa de pasar, el asistir a la escuela y limitarme a poner atención a las clases y tomar apuntes, parecían la gloria y ahora que Diane sabia todos, o la gran mayoría, de mis problemas, me hacía sentir más tranquilo, digo, si ella no hacia un gran escándalo por eso, no entiendo por qué debería yo hacerlo.

Las clases terminaron sin ningún incidente, todo tan normal que uno no pensaría sobre puertas dimensionales o cosas por el estilo, como adoro la rutina del día a día, caminaba alegremente con Din, hasta que sentí el celular vibrar en mi bolsillo, no es que no esté acostumbrado a que me hablen, solo que cada vez me sigo sorprendiendo, uno definitivamente no está esperando una llamada el 100% del tiempo, así que el pequeño brinquito y las manos buscando temblorosamente el móvil, eran algo que siempre sucedía en mi persona, por fin logre controlarme y contestar.

-Alo- dije mientras ponía el auricular en mi oreja

-Michelle- me respondieron al otro lado con una tonadita cantada

-Kevin- suspiré –mande-

-Ah, solo quería decirte que no podré ir por ti hoy, pero supongo que alguno de los amigos de traerás hoy para cenar tiene vehículo, así que pídeles de favor que te traigan, sé que lo harán, hasta más tarde- y eso fue todo, sin tiempo de contestarle algo, ¿Qué hubiera pasado si todos mis amigos tuvieran planes hoy y nadie fuera a cenar? Bueno, no es que no pudiera tomar el autobús, Kevin solo hace que me exaspere, si ese era su propósito, definitivamente lo lograba de forma esplendida.

-¿Quién era?- me pregunto Din con ojos brillantes llenos de curiosidad -¿Era Kevin? ¿Qué te dijo?-

-Son muchas preguntas, si, era Kevin, me dijo que no podría venir por mí, que si por favor podrías llevarme a mi casa- le respondí una por una –bueno ¿Podrías llevarme a la casa?-

-Claro, los 2 vamos al mismo lugar- me dijo un poco decepcionada, cosa que no le duro mucho, ya que en un instante volvió a tener su brillo en sus ojos, al parecer recordó algo, no quiero saber qué.

Parecía tradición que saliendo de clases compráramos un bocadillo, yo elegí unas galletas y ella unas donas, y recordando lo del sábado, un jugo y agua eran los acompañamientos esta vez.

En el camino era ahora una canción sobre taxis y bebidas alcohólicas, no tenía mucho sentido pero se quedaba en la cabeza, no era que nos gustara mucho, solo que era tan extraña que no podías evitar cantarla, seguida por canciones parecidas sobre el baño y carnavales en Brasil, no éramos los mejores eligiendo buenas canciones, si era divertida la poníamos, simple como eso.

Diane estacionó su carro enseguida del ya aparcado vehículo de lujo de Kevin, al parecer ya había llegado, rezaba por que no hubiera destrozado la sala con bolsas de papitas o comida tirada en la alfombra, igual que los días anteriores; bajamos y caminamos para poder entrar a donde se encontraban las escaleras.

-Definitivamente es un carro de lujo, más de lo que me había imaginado- comento Din mientras subía las escaleras sin despegar ojo del ya mencionado automóvil, yo solo me reí ante el comentario, a veces no entendía su imaginación, supongo que es otro mundo.

Subimos los 3 pisos y aunque llegamos agotados, seguíamos riendo, tome mis llaves y abrí la puerta, no me sorprendí cuando visualice a un muy torpe Kevin con un delantal rosa con estrellas azules fluorescentes –quien combina esos colores- tratando de voltear un enorme bistec; reaccioné rápidamente, olía a quemado, el muy idiota no sabe cocinar.

Me moví más rápido que un rayo lanzado por el dios Thor y le quité de las manos el sartén al señor "no puedo cocinar bistecs", aunque logre salvarlo no tenía el sabor que yo aprobaría, por lo tanto lo deje para comer después, no podía darle eso a Din, después de que ha tenido que venir hasta aquí solo por mi estúpida apuesta.