Capitulo 4

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Un gran silencio nos envolvió mientras nos mirábamos mutuamente, estaba perdiendo la paciencia, suspire, no veía que se moviera o tuviera intenciones te hablar pronto.

-Kevin ¿verdad? –Dije un poco dudoso – ¿Podrías responder mí pregunta?-

-Sí, espera, estoy buscando las palabras más adecuadas para responderte, sin que tengas alguna reacción rara- contesto sin inmutarse, seguía mirándome seriamente, yo solo gire la cabeza y volví a suspirar, no podía comprender a esta persona.

-¿Has oído hablar de las dimensiones paralelas?- finalmente anuncio –Bueno, existen entradas y salidas de ellas, mi trabajo es cerrarlas-

-¿Qué?- fue lo único que solté, si antes no tenía ni la menor idea de lo que este hombre decía, ahora tengo aún menos

-Vez, por eso quería pensar el cómo explicártelo, y aun así reacciones extraño- dijo Kevin mientras se paraba apoyándose en la pared detrás de el

-Lo siento, no puedo creer eso, más bien ¿Qué no trabajabas con mi hermano en una oficina?- le pregunte mientras me paraba por mí mismo y lo seguía a la cocina

-Sí, también trabajo ahí, pero podría decirse que este es mi trabajo principal- decía mientras prendía la estufa y sacaba la mantequilla y la harina del refrigerador -¿Gustas panqueques?-

-Si por favor- le conteste –Bueno, dije que trataría de confiar más en las personas que mi hermano eligió como amigos, así que tratare de pensar en eso de las dimensiones, por ahora, dejemos ese tema a un lado, que tengo que salir de compras- dije eso como un pretexto, iba a decir algo sobre la escuela, pero no quería que pasara lo mismo que el día anterior, era domingo, nadie en su sano juicio, ni por error, se aparece en la escuela un domingo sin tener un verdadero motivo, así que hacer las compras me daría un poco de tiempo a solas y para pensar sobre todo este asunto.

Al final termine haciendo yo solo los panqueques, parece ser que Kevin es más inútil en la cocina que mi hermano, puse los platos, cubiertos y de mas, al parecer al señor "trabajo en las dimensiones" no le gusta la leche y tuve que ir a la tienda de conveniencia a comprar chocolate, parecía un almuerzo sacado de la imaginación de un niño menor de 10 años, panqueques, leche chocolatada y un domingo en la mañana, que felicidad, claro, siendo sarcásticos.

Terminamos de comer, pasamos a las tareas domésticas, ya saben, lavar los platos, tender las camas, recoger lo acumulado en la semana y lavar ropa, aunque la mayoría de las cosas pertenecían a mi hermano, no pude evitar enojarme un poco -¿Dónde diablos estas?- pensé para mí mismo, claro, sabía que mi hermano era un bromista por naturaleza, dándome dolores de cabeza constantemente, siempre lo amenazaba con que me daría un infarto un día de estos, así que no me sorprendía mucho que se escondiera en algún lugar cercano y me dejara a su amigo más difícil de tratar, solo para probarme que no soy bueno estando solo –Ja, se lo mostrare, a ese Samuel idiota- me dije a mi mismo, mientras sonreía de forma victoriosa.

-Deberías sonreír más, te miras más tierno- escucha una voz frente a mi

-DEMONIOS KEVIN ¿PODRIAS DEJAR DE ASUSTARME?- le grite mientras daba un brinco hacia atrás, cayendo, si no fuera por el sillón que estaba en el camino de mi caída, definitivamente hubiera dolido.

-Tu eres el que se va en sus pensamientos y me deja solo, sabes, no eres una muy divertida compañía, con esa actitud no me sorprendería que no tuvieras amigos- dijo mientras note que traía un paquete en las manos, era una bolsa de frituras ¿Cómo las consiguió?

-Para tu información si tengo amigos- bueno, solo tengo uno, y es niña, diablos, si el supiera eso definitivamente pensaría que soy miserable, no me importa, Diane equivale a todos los amigos del mundo.

KEVINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora