Ella...
Cuando llegué, ya era tarde, ya no se podía hacer nada, al menos eso mencionaron mi familia... Pedí, supliqué, que me dejaran entrar a verla, los médicos con cara de autoridad me dijeron que no, pero yo no iba a parar hasta que me lo permitieran. Poco rato después, dejaron que entre, cuando pase vi su rostro, cara pálida... mi mundo se derrumbaba de nuevo. Toqué su mano quería que se despertase, rezaba porque me hiciera una señal, poco a poco alcance a levantarme para ya irme, y sentí que abrió los ojos, me miró, y sonrió.
Se fue...