¿Qué se puede esperar?

23 0 0
                                    

Me pregunto si era necesario escuchar tu voz diciéndolo.
Si tu indiferencia no había sido suficiente.
Era como intentar rehacer un árbol con hojas de papel...

¿Qué puedo esperar yo, cuando tu no me esperas más a mi?
¿Cuando te sientas a dibujar y te vuelves a ver tan perdido como antes?

Espere hasta el día de hoy para poder encontrarte en un instante solo.
Tú y yo.
Tus ojos ya no eran del café que los recordaba, sonreias por compromiso y todavía lograbas engañar a todos con ésa capa de falso ego, que esconde al chico inseguro que conozco.
Las piernas me temblaban como si fuera la primera vez que te viera, apreté mis puños como siempre y mi cabello se veía igual de terrible como cuando nos conocimos.
Pero esta vez, no era la primera vez, era la última.
Las mismas palabras que salieron de tú boca aquel día que cruzamos la mirada, sólo que hoy dolían el doble.
Intenté hacerte reír, intente devolverte ése favor, pero nada te detuvo...
Me pasaste de largo y después yo alargue el paso para ir delante tuyo, nunca me gusto ver como te ibas, así que prefería ser yo la que se despidiera primero. Seguí con ése libreto que volvíamos a revivir. Te dije que estaba bien, que no importaba y que yo... Simplemente estaba bien.
Pero fue en vano cariño mío, me conocías, sabías lo que sentía. Lo sabías perfectamente.
No me te miré hoy a los ojos para hablarte de amor, para decirte que quería que fuéramos algo más... Porque no sentía que extrañara eso, porque simplemente no lo hacía. ¡Eso no era lo que me hacia falta!
Quería a mi amigo.
Sólo quería a mi amigo.
Sólo te quería a ti.

Siempre odie a las chicas que lloraban, en especial por un chico.
Supongo que las cosas dejan de ser una tonteria una vez que te suceden a ti mismo.

DdD.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 27, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Para estar seguros, de nada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora