Pool table.

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No tenía muy claro cómo había empezado, sabía que HyukJae tenía gustos cambiantes, y un día podía estar interesado por una cosa, y al otro por algo totalmente distinto. Así era, y no podía cambiar nada al respecto. Sin embargo... aún no terminaba de entenderlo.

Recordó que el mayor le había comentado algo al respecto mientras desayunaban; en una de esas raras veces que sus horarios coincidían y se tomaban un tiempo para charlar, un: KyuHyun, compraré una mesa de billar. ¿Te molesta? Pero él, tan concentrado que estaba en sus cosas, había contestado con un simple "ajam". Ignorándolo así, olímpicamente.

No pensó que el mayor se fuese a tomar ese "ajá" tan en serio.

Recordó también que había escuchado al mayor hablando sobre un vídeo que había visto en las redes sociales donde un niño jugaba de una manera perfecta aquel juego de que deseaba aprender mientras ingería los alimentos y hablaba con la boca llena.

¡No pensó que lo dijera tan en serio!

Respiró hondo, intentando asimilar que había chocado a altas horas de la noche después de un día pesado con esa mesa de billar a mitad de la sala. Sin embargo, no estaba suficientemente preparado mentalmente para lo que sucedió segundos después.

HyukJae salía desnudo, con un "taco" listo para comenzar a practicar.

Desde que vivían solos en aquel apartamento, se había acostumbrado a que HyukJae saliera así, aún se preguntaba si quería mostrarle algo en especial o sólo lo hacía por hacerlo. Tiempo después, él mismo, incluso con confianza, salía igual vagando así tal cual, sin ropa por el apartamento en las horas libres.

HyukJae había comenzado a jugar, recordaba haberlo hecho alguna vez en sus tiempos de vagancia en la secundaria, por lo que sabía más o menos qué hacer con eso, no era tan difícil, lo difícil era ver a HyukJae inclinarse para mirar desde su perspectiva las bolas de billar ahora desperdigadas por toda la mesa.

Mientras el pelinegro observaba aquello, intentando crear una estrategia para darle a la bola nueve con la bola blanca, y así poder meter la bola tres que se hallaba cerca de uno de los huecos, KyuHyun obtenía otra vista, una totalmente espectacular y que con demasiada eficacia había provocado problemas en su entrepierna.

Y era que al parecer el mayor no había reparado en su presencia, a pesar de haber estado plantado frente a la mesa por algún rato antes de que saliera. Tal vez estaba muy concentrado, o tal vez había decidido simplemente pasar de él, que como últimamente, sólo iba a irse a dormir de inmediato sin siquiera decir "hola" o "adiós", tal vez pensaba que no valía la pena intentar sacarle conversación si sólo le ignoraría para ir a dormir. Tenía un horario ocupado al día siguiente, como en toda la semana.

Los ojos castaños, observaban detenidamente aquel pequeño trasero del más bajo en cuanto éste se agachaba para dar así un golpe final a una de las bolas, que, como era esperar de un principiante, era fallida, lo que le hacía bufar y maldecir entre dientes.

Él por el contrario, ahogó su risa, a pesar de la vista totalmente erótica que estaba recibiendo y de la incomodidad bajo su pantalón, le parecían graciosas las quejas del mayor. Decidió que por ese día no haría nada, y simplemente se iría a dormir, estaba agotado, y estaba seguro que, aunque hubiese querido, el cansancio no le dejaría avanzar más de unos besos si decidía asaltar al mayor.

Se encaminó a su habitación, dejando al chico practicar en paz, luchando contra las imágenes mentales de lo que él, su recién hyung favorito y la mesa de billar podían hacer.

Habían pasado algunas semanas de eso, habían tenido horarios distintos y regularmente regresaban agotados, tanto, que sólo podía llegar pensando es su cama. Pero ese día era distinto, pues apenas había ingresado al hogar que compartía con el mayor, éste se le había colocado en frente con el palo de billar entre manos.

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