La ira

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Cuando desperté Atsushi me tenía abrazado y su calor me envolvía por completo.
Al recordar lo sucedido el día de ayer sentí una mezcla de vergüenza y alegría.
Hace mucho que miraba a mi compañero de una manera diferente, incluso algunas noches soñaba que nos besábamos. Nunca pensé que sería correspondido, muchas chicas andaban detrás de él y aunque él nunca le prestó atención a ninguna, siempre esperé con tristeza el día en que alguna se volviera su novia.
Pero no, aquí estoy yo, durmiendo en sus brazos y después de lo que hicimos anoche, no sé como mirarlo ni reaccionar.

Abrió los ojos con pereza y me miro sonriendo.
- Eres exquisito Muro-chin, lo más rico que he probado en mi vida.

- Que tonterias dices - me salí de la cama para ir a la ducha - Con lo de ayer, ya damos por terminado lo de la "esclavitud", cierto?

- Ni loco, yo diría que ahora estoy más entusiasmado que nunca.

- Me ducho primero - dije ignorándolo y saliendo de la cama.

- Te haces el sordo, pero estoy seguro de que pensarás en mi todo el día.

Me metí al baño antes que viera mi cara roja, porque tenía razón, imposible no pensar en lo que pasó ayer, en lo que pasará hoy y durante los 6 días que quedan por delante.

Cuando salí del baño él seguía durmiendo y salí a la cafetería por desayuno. No quería hablar con él, mi cabeza ya era un enredo recordando la noche anterior...

En el receso estaba con la cabeza en cualquier parte. No noté cuando Freya y Chise se acercaron a mi.
Ellas eran mis amigas desde hace un tiempo, solíamos pasar mucho tiempo juntos antes de que llegara Atsushi, incluso tuve un par de citas con Freya..aunque no resultó nada de eso.

- Tiempo sin vernos Himuro-kun!! Ya nunca estamos juntos. - dijo Freya abrazándome.

- Es verdad! - dijo Chise regalándome un beso en la mejilla.

- Bueno, ahora estamos en distintas clases, no??

- Que excusa tan mala! Sabemos que es porque siempre estás con Murasakibara-kun.

- Deberíamos tener una cita - dijo Freya - después de todo eres el más guapo del instituto.

- Se están burlando de mi chicas! - les dije con la cara roja- ahora no tengo tiempo para salir, tal vez en otra oportunidad.

En eso me vi a Atsushi que se acercaba decidido a nosotros. Me tomó de la mano y me arrastró hasta un rincón.

- Veo que no tienes problemas con coquetear con unas chicas bonitas, eh? - me dijo con una cara mortalmente seria.

- No estaba coqueteando con nadie! ellas se acercaron a conversar, nada más..

- Estaba apenado pensando si te había hecho daño ayer, pero veo que no te afectó en nada, así que cambiaré de estrategia Muro-chin...

Diciendo esto me llevó por el pasillo y me metió en una pequeña sala donde aparentemente guardaban los artículos de aseo. Había una mesa, unas sillas y no se veía nadie a parte de nosotros dos.

Me empujó contra la pared, sujetó mis manos encima de mi cabeza y me besó con fiereza...enojado, y enojado sin sentido. Cuando se separó de mi boca, tomé una bocanada de aire y traté de explicarle que tenía una idea errada de la situación.

- Atsushi, escuchame...ellas se acercaron a mi, yo les dije no saldri....

No me dejó terminar y continuó besándome y pude sentir la ira a través de sus labios.

- Tengo demasiada rabia para escuchar nada de lo que me quieras decir - dijo soltándome. Metió su mano al bolsillo y sacó un elástico para amarrarse el cabello, en ese momento me di cuenta que nada de lo que dijera iba a servir de nada, estaba realmente enojado...

La expresión de rabia en su rostro de verdad me asustó, pero traté de mantener la compostura, después de todo yo soy el mayor aquí y aún tengo algo de orgullo.

- Lo que voy a hacer me dará placer sólo a mi, no a ti y quiero que lo recuerdes cada vez converses así de "amistoso" con otras personas.
Bájate los pantalones, afírma las manos en la mesa.

- Pero..

- No quiero oírte, si me vuelves a hablar me voy a enfurecer aún más - me dijo.

A parte del miedo que me atenazaba, una pena inmensa me invadió. Si él supiera lo importante que es para mi, que hace mucho ronda mis pensamientos y mis sueños, que nunca pensé en salir con esas chicas..

Al ver su semblante tan serio, hice lo que me pidió. Me bajé los pantalones, me incliné sobre la mesa apoyando mis manos en ella.
Él se acercó a mi, me sacó los zapatos y toda la ropa de la cintura para abajo.  Me moví según lo que él quería ayudándolo a desnudarme, pero sin decir una palabra.
Me volvió a apoyar sobre la mesa, separó mis piernas poniendo una de mis rodillas sobre la mesa.
Lo sentí tocar mi entrada con sus dedos húmedos y traté de relajarme pues sabía lo que venía.

Me penetró lentamente y el punzante dolor hizo que comenzaran a rodar lágrimas en mis mejillas. Cuando hubo entrado entero se quedó quieto un momento y sólo mis quejidos se escuchaban en la habitación.

Comenzó a moverse a un ritmo despiadado, lleno de rabia mientras me montaba sujetándome firmemente. Cada embestida me dolía y mis sollozos parecían no importarle. Era verdad que sólo él tendría placer ese día y la triste realidad me hacía llorar más aún.

Las embestidas subieron de intensidad y sentí que no podría soportarlo, me sujeté de la mesa en un intento de controlar mi respiración y diminuir mis sollozos, pero fue imposible.
La respiración de Atsushi era entrecortada y la rudeza con que me tomaba denotaba la ira que lo inundaba en ese momento...

Sentí cuando terminó dentro de mi, se inclinó hacia delante y me besó el cuello.
Cuando salió, sentí como me abandonaba la fuerza y mis rodillas no pudieron sujetarme.
Cuando iba cayendo, Atsushi me sujetó antes de que tocara el suelo. Me tomó en brazos y me dejo en una de las sillas.

- Te odio - le dije mirándolo a la cara.

- Pues me vas a odiar aún más- dijo con la mirada ensombrecida- Hoy cuando llegue a la habitación debes estar esperándome desnudo en mi cama. Si es no quieres que esté más molesto de lo que ya estoy, harás lo que te digo.

No le respondí nada, sólo lo observé en silencio mientras secaba las lágrimas de mis ojos.

Él se subió los pantalones y se soltó el cabello nuevamente. Yo traté de ponerme de pie, pero mis piernas aún no respondían y casi caigo al suelo otra vez.

- Te ayudo- dijo acercándose.

- No me toques.

Me observó con una mirada que no pude descifrar, se dió la vuelta y se marchó.

A penas salió, trate de pararme y vestirme, pero el llanto me nublaba la vista y la razón.
Cómo llegamos a esto? Anoche me dormí feliz pensando que estaríamos juntos y hoy voy a un castigo impuesto sin motivo alguno.
No entiendo que pretende y siento que no hay vuelta atrás en todo esto. Solo me queda esperar a que él entre en razón y me escuche.
Con los pensamientos más tristes me fui caminando a nuestro cuarto, no pude ir a clases, así que me di una ducha y me dispuse a esperar a Atsushi, con la esperanza que esta vez mis sentimientos lleguen a él...

Continuará...

Les gustó?? Había escrito este capítulo completamente diferente, pero no me gustó en absoluto. Lo reescribí y este es el resultado, espero sea de su agrado.
Dejen sus comentarios!

La apuesta - Murasakibara x Himuro (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora