¿Tienes hora?

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Alexis acababa de cumplir 20 años y estaba de vacaciones con sus padres en Valencia. Él es un chico alto, de físico normal, pelo castaño claro, ojos miel, piel clara y poco vello corporal. Sus padres habían decidido irse de paseo y él se había ido a la playa. Había muy poca gente y eso le gustaba ya que podía estar sin que le molestase nadie, a su aire, tranquilo, leyendo.

Darío tiene 22 años y vivía allí. Es alto, fuerte debido a su trabajo, ojos azules, pelo rubio y lampiño. Él había ido a la playa a desconectar de los problemas. Estaba tranquilo escuchando música con las gafas de sol puestas.

Darío se percata de un chico que está solo, tumbado en su toalla boca abajo leyendo un libro pero no le da mucha importancia ya que había más chicos en la playa. A pesar de ello, ve lo concentrado y lo inmerso que está en la historia de su libro haciéndole pensar que la historia tiene que estar bien. Decide levantarse e irse al agua pasando por el lado de ese chico, chico que le ha llamado la atención. Estando en el agua a Darío le resulta imposible no pensar en ese chico tan guapo que había visto.

Al poco Alexis se levanta dejando el libro en la toalla, observa la playa, se estira y se dirige hacia ella zambulléndose en el agua. Darío estaba aburrido en el agua hasta que ve a Alexis entrar en ella, en su mente se planteaba el hablarle pero no sabía si le gustaban los chicos o las chicas y dudaba en qué hacer.

Alexis se queda nadando a sus anchas en el agua, después de unos minutos sale hacia su toalla y acto seguido sale Darío detrás suya. Una vez en la toalla Alexis ve a Darío y se fija algo en él y piensa que es muy guapo. Saca su teléfono de la mochila para mirar la hora:

Alexis: -¡Mierda! la batería se ha acabado y no tengo reloj- en ese momento mira a Darío y le dice: -Perdona, ¿tienes hora?

Darío se sobresalta: -Eh perdona ¿qué dices?

Alexis le repite: -Que si tienes hora

Darío: - Ah, sí perdona

Alexis le sonríe: -No pasa nada

Darío: -Espera que tengo el reloj en la mochila- saca el reloj de la mochila y dice: -Son las cinco

Alexis: -Gracias

Darío: -De nada

Darío con una sonrisa en la cara guarda el reloj y se tumba en la toalla.

En ese momento Alexis decide hablarle: -Perdona, me llamo Alexis

Darío: -Yo Darío, encantado

Ambos se estrechan la mano y se sonríen el uno al otro.

Alexis: - ¿Eres de aquí?

Darío: -Si ¿y tú estás de visita?

Alexis: -Sí, he venido con mis padres de viaje. Hace poco cumplí los 20 y me dijeron de venir con ellos y que podía estar a mis anchas y aquí estoy

Darío: -¿Qué bien no?

Alexis: -Sí, pero no conozco a nadie y aunque me guste estar solo me aburro un poco de vez en cuando.

Darío: -Pero ¿estás tú solo?

Alexis: -Si aunque en un principio mi hermano pequeño de 13 años se iba a venir también pero se ha quedado con mis abuelos y así también se lo podía llevar mi hermano mayor al dentista. Él tiene 26 años y está casado y no iba a venir lógicamente. Pero bueno, no me puedo quejar, estoy a mis anchas.

Darío: -Me alegro

Alexis: -Mira, me gustaría salir de fiesta esta noche pero no sé dónde ir ya que no conozco ningún sitio ¿me recomiendas alguno?

Una llave para el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora