Un chico nuevo

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Ambos se despiertan muy temprano habiendo dormido muy poco y sin saber por qué se arreglan más que de costumbre, como para una cita formal como si de novios se trataran. Alexis da vueltas por la habitación y el Skype le comienza a sonar, era su hermano Alberto. Alberto era su hermano mayor

Alexis: -¡Alberto!- dice emocionado

Alberto: -Hola hermanito ¿qué tal por allí?

Alexis: -Muy bien ¿y tú?

Alberto: -Bastante bien la verdad. ¿Y ese muy bien? ¿Te sucede algo?

Alexis: -Pues sí tate, he quedado con alguien pero estoy nervioso

Alberto: -Vaya, vaya, no pierdes el tiempo- suelta una carcajada –Pero, ¿por qué estás nervioso?

Alexis: -La verdad es que no lo sé, puede ser que me haya gustado

Alberto: -Pero ¿cuándo le conociste?

Alexis: -Ayer en la playa

Alberto: -¿Y no le dices nada a tu tate? Muy mal eh, muy mal- vuelve a reírse

Alexis: -Es que fue todo tan rápido que tampoco me acordé

Alberto: -Pero que pillo eres, y ¿desde cuándo le conoces?

Alexis: -Desde ayer, ya te lo he dicho. Le pedí la hora, comenzamos a hablar con él y me invitó a pasarme al pub donde trabaja

Alberto: -Pues debe de ser muy guapo

Alexis: -Lo es Alberto y muy simpático, también está fuerte y sabe bailar

Alberto: -Vaya, creo que te ha dado fuerte

Alexis: -Creo que sí

Alberto: -Pero no seas tonto, no te rayes y haz lo que sientas

Alexis: -Vale tate, lo haré- le sonríe al hermano -Por cierto me llegó tu regalo y me encanta, muchas gracias

Alberto: -Ah, me alegro que te gustara

Alexis: -Si, me gusta mucho. Por cierto ¿y Claudia, cómo está?

Alberto: -Pues está bien

Alexis: -¿Y mi sobrinito? Mamá me dijo que está de cinco meses ya ¿no?- se le ilumina la cara cuando habla de su sobrino, la hacía mucha ilusión tenerlo.

Alberto: -Tu sobrinito está en perfecto estado y si de cinco meses está

Alexis: -Que guay, dale un beso a Claudia de mi parte ¿vale?

Alberto: -Lo haré y ya sabes que te va a tocar ser padrino ¿verdad?

Alexis: -Si, ya me lo dijo mamá y lo estoy deseando. Te dejo Alberto que llego tarde ¿estoy bien?

Alberto: -Si, muy guapo

Alexis: -Gracias tate, te quiero- le lanza un beso

Alberto: -Yo también te quiero- recibe el beso de su hermano y le lanza otro

Ambos se despiden y Alexis se termina de arreglar para la cita con Darío. Ambos llegan antes de la hora de lo nerviosos que estaban pensando que iban a llegar tarde.

Alexis: -Ho... hola- dice con voz cortada

Darío: -Hola ¿qué tal estás?

Alexis: -Bien ¿y tú?

Darío: -También bien

Alexis: -Me alegro

Las palabras entre ambos fluían poco, llegando a haber un gran silencio incómodo.

Darío decide romper el hielo: -¿Qué te apetece hacer?

Alexis: -Pues desayunar- se ríe dulcemente -¿ese era el plan no?

Darío: -Sí, pero con los nervios me olvide- ríe algo avergonzado -¿Vamos?

Alexis: -Vamos

Ambos se sientan en una mesa y piden el desayuno. Mientras traen el desayuno hablan un poco y en un momento Alexis bosteza poniéndose la mano delante de la boca por educación.

Darío suelta una sonrisa al ver como bosteza Alexis y le dice: -Vaya, parece q no dormiste mucho

Alexis: -Pues la verdad es que no, no pude dormir bien pensando en hoy

Darío sonríe: -A mí me ha pasado igual

Alexis se devuelve la sonrisa algo ruborizado. Les sirven el desayuno y mientras desayunan charlan de todo un poco. Sus miradas se cruzan en muchas ocasiones y en un momento dado la mano de Darío roza la mano de Alexis.

Darío: -Perdona

Alexis no aparta la mano y busca lentamente la de Darío: -No... no pasa nada- dice algo nervioso

Darío aprieta la mano de Alexis y le al ver que no le molesta esa situación ya que no aparta su mano. Le alegraba, pero no quería hacerse ninguna ilusión todavía.

Alexis: -Tu mano es cálida y la sensación no me desagrada, al contrario, me gusta- con voz temblorosa se atreve a decir -¿Te apetece dar un paseo?

Darío: -Eh bueno, si no tienes que hacer nada

Alexis: -No tengo previsto hacer nada

Darío: -Pues por mi encantado

Darío pide la cuenta, saca su cartera y paga sin pensarlo

Alexis le mira extrañado y le dice: -¿Qué haces?

Darío: -Pues invitarte

Alexis se queda algo pensativo: -Iba a pagar yo...

Darío: -Bueno, en otra ocasión pagas tú porque creo que este no será el único desayuno que tomemos juntos- le sonríe

Alexis se sonroja y agacha la cabeza respondiendo: -Em... no- se ríe tontamente –Bueno ¿dónde propones ir?

Darío: -¿Te apetece un paseo por la playa? Ahora no hay mucha gente

Alexis: -Vale- dice entusiasmado pero a la vez nervioso.

Ambos van caminando y llegan a la playa, no había casi nadie, se descalzan y comienzan a pasear por la arena de la playa. No hablan durante un rato, solo disfrutan del paisaje y de la compañía mutua. Sus manos están muy juntas pero no se tocan, Alexis se atreve a rozarle con un dedo para ver su reacción y ver si corresponde o no. Darío lo siente pero se hace el despistado y eso hace a Alexis ponerse nervioso, él quiere darle la mano pero no lo hace y desiste en el intento de hacerlo.

Darío nota los nervios de Alexis y le pregunta: -¿Te pasa algo?

Alexis: -¿Eh? No, no me pasa nada- habla sin mirarle

Darío: -Bueno, si hay algo que necesites decirme hazlo yo no voy a echar a correr

Alexis se ríe: -De verdad que no me pasa nada

Alexis le sonríe y se quedan en silencio e intenta de nuevo darle la mano rozándole más

Darío se ríe y dice: -Vaya, parece que sí necesitas decirme algo

Alexis: -Perdona, no puedo hacerlo- se queda quieto mientras Darío da unos pasos más hasta que se detiene.

Darío: -Eh, ven aquí

Alexis: -Lo siento- se da la vuelta y comienza a correr en dirección opuesta

Darío se queda varios segundos parado sin saber que hacer: -¡Alexis! ¿Dónde vas? No te vayas

Alexis se alejaba cada vez más de Darío. Los nervios y el miedo le habían invadido, estaba muy avergonzado y solo quería llegar al hotel para alejarse de Darío y evadirse de todo. Darío se queda sentado en la arena sin comprender qué es lo que le había ocurrido a Alexis para que hubiera salido así corriendo de aquella manera.


Una llave para el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora