5. "El Reloj"

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Esta es la anécdota de Jeremías Farwell, el es un chico de dieciocho años, desapareció cuando el contaba con diecisiete y regresó el mes pasado.
Su anécdota a continuación:

Vivo solo, en una pequeña casa, no es mía, hace diez años un amigo me la "intercambió" por la mía, que estaba en la ciudad. Y estoy muy a gusto de ella. Es cómoda y toda la cosa.
Hablamos cada cierto tiempo para asegurarnos que todo está en orden respecto a la casa. Ese día me encontraba en ella, no tengo televisión, solo una radio, algo vieja, pero sirve, en ella escucho lo que sea posible escuchar. Música, noticias, partidos de fútbol (aunque la mayoría me aburren.), etc.
Estaba escuchando como una persona había dicho que había descubierto una piedra, la cual podía hacer cosas mágicas con solo pedirlo, pero a cambio de algo, cuando estaban a punto de decir el precio se escuchó una interferencia, como si algo hubiera desviado la señal que se transmitía desde la ciudad, evitando que mi radio la captara.
Tomé mi radio, pensé que estaba descompuesto, así que vi la hora, eran las siete de la tarde, los establecimientos cerraban temprano los viernes.
Apage el radio y la casa permaneció en un silencio, no era total, lo único que producía un ruido era el reloj que tenía en la sala de estar, un tictac interminable. Como estaba sentado en mi cama, en mi cuarto, me recosté y pretendí tomar una siesta para después salir hacia la ciudad.
Estando casi callendo en sueño profundo distinguí el ruido del reloj, me concentré en escucharlo, de pronto los tictac dejaron de oírse, al principio creí que el reloj se había descompuesto, pero a los pocos segundos se escuchó un tictac acelerado, exageradamente acelerado.
Me levante algo frustrado por no poder tomar una siesta. Prendí la luz y vi el reloj, en el suelo, el segundero estaba como loco, giraba rápidamente, parecía un pequeño helicóptero. Las otras manecillas estaban quietas.
Lo tomé y le quite las baterías, pero aún así seguía dando vueltas como loco. Entonces sonó la campana, alguien había llegado, me pregunté sobre todo lo que estaba ocurriendo, primero el reloj, y después la visita inesperada.
Abrí la puerta, era una persona de aproximadamente un metro cuarenta.
Era delgado, y parecia ser una persona normal,salvo por su vestimenta, un traje color verde con una corbata negra. Con una amabilidad increible me pidió que lo acompañase, que era importante y cosas por el estilo. Por alguna razón le hice caso, salimos de la casa y lo acompañe, nos dirijiamos a las afueras del pueblo, pero no del lado de la ciudad, sino que ibamos justo al lado contrario. El pueblo tiene dos salidas, una te dirije a la ciudad, la otra te dirije a un pueblo aun mas chico que este, posee un par de casas y un baño publico. Esta situado al lado de la carretera. Hace unos años se llevo a cabo un arresto-fallido a una persona fugitiva de la ciudad, creo que era una mujer... Bueno, me salí del tema principal.
Estabamos llegando a ese pueblito, pero la persona me condujo por un desvío que conducía a una montaña. Caminamos por otros treita minutos, yo ya no sabía la ubicacion en donde nos encontrabamos.
-Es aquí-dijo repentinamente el hombre, ninguno de los dos habia hablado en todo el camino.
-Aqui no hay nada-respondi un poco frustrado.
-Llegaran pronto, solo espera un poco.-dijo volteando a ver las estrellas. Calculé que eran como las nueve de la noche.
-¿Quienes?
No respondió. Parecia hipnotizado viendo las estrellas.
-Oye, siento desilusionarte amigo, pero los extraterrestres no existen...
El me volteó a ver, sonrío.
-Claro que existen.
-¿Tienes pruebas?
-Claro, las estas viendo, dijo señalando con la cabeza a las estrellas. "Allá afuera, existe vida, y no hace falta pensar en otra galxia, en esta misma galaxia existen muchas civilicaciones, como la tuya"
-¿Y por que no nos han contactado?
-Ustedes reaccionarian violentamente.
-¿Por que hablas como si no fueras humano?
-Por que no lo soy.
Intenté contener la risa y dije:
-Amigo... Ya no bebas. Y solte una carcajada.
El no respondió.
Estuvimos ahí una hora. Nada ocurría.
A la hora y media de esa extraña charla vi una luz en el cielo, la luz se agrandó hasta alumbrarnos a los dos y perdí el conocimiento por unos segundos. Cuando me recuperé noté que ya no estaba en tierra firme. Habia um suelo de metal bajo mis pies, alrededor de mí habian paredes de metal, en cada una de ellas habia una puerta, de esas que se empujan.
Creí que estaba parado hasta que intente avanzar, estaba sentado en una silla, una de metal. Varias personas, como la que me condujo a ese lugar, estaban rodeandome. No me podia mover, solo podía mover la cabeza. Uno de ellos dió un paso al frente y dijo, experimento 11-03, listo para iniciar la prueba.
-Levántate-me ordenó esa persona.
Lo hice, despues me ordenó que lo acompañase. Lo segui.
-¿Quienes son ustedes?
-Eso no es de su incumbencia,señor Farwell.
-¿Como sabe mi nombre?
-Lo sabemos todo de usted, sus gustos, sus miedos, sus deseos, sus pasiones, sus metas... Todo.
-¿Y a donde vamos?
-A la cámara 99-M.
-¿Que es eso?
-Ya verá.
Llegamos a una puerta con la inscripción "99-M."
El me pidio que entrase. Le obedeci.

Adentro habia una habitación vacia con un vidrio enorme, del cual supongo se podia ver desde una cabina. Había una silla, así que tomé asiento.
Una voz metálica retumbó en todo el cuarto justo en el momento en el que me senté.
-A continuación se le harán una serie de experimentos relacionados con el miedo en el humano. Señor Farwell, ¿está usted listo?.
Tardé un poco en responder, un miedo inexplicable recorría todo mi cuerpo.
-S-Si, dije tartamudeando.

-Para comenzar le proyectaremos una serie de imágenes que tendrá que ver. Estudiaremos sus reacciones.
Acto seguido un video comenzó a mis espaldas, por lo que me voltee, era un video donde aparecian animales tiernos, como gatos jugando y cachorros hechando la flojera.
No pude evitar esbozar una sonrisa. Y en ese mismo instante la imagen cambió ahora aparecía la grabación de la detonación de una bomba nuclear. Me sorprendió el cambio drástico de tema.
Cambió de nuevo. Ahora apareció una habitación a oscuras, con un reloj, se podía escuchar el tictac incesante. Una figura oscura se materializó y tomó el reloj en sus manos. Y lo azotó contra el suelo, causando un gran estruendo. Una luz se encendió y apareció una persona, volteó a la cámara, parecía que esa persona supiera de mi existencia, y sonrió, una sonrisa sádica.
El video se detuvo. Yo estaba perplejo, ya que esa persona era yo.
La puerta se abrió y uno de ellos corrió hacia mi, estaba teniendo convulsiones. Me inyectó un líquido transparente y me desmayé.

Desperté, un dolor en la sien me torturaba, noté rápidamente que me encontraba en la casa abandonada. Parecía una casa de los años veinte o algo por el estilo.
Salí, supe que el tiempo había pasado y pensé que tal vez me encontraba medio siglo después de haber sido raptado, o tal vez medio año. Pero no, al ver un periódico vi que había pasado un mes exactamente, y, además era mi cumpleaños. Fui a donde se debía ir para reportar los casos así y aquí me encuentro ahora.

Esa fue la anécdota de este chico, el no presentó síntomas como los demás, sin embargo tuvo un problema, sufrió hasta el día de su muerte de una pesadilla que, en sus palabras: "Es la imagen de ese yo sonriendome después de tirar aquel Reloj, diciendo casi entre susurros," Hola, Jeremias". "
Fin del reporte.

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