Epílogo.

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Los años pasaron casi como un pestañeo instantáneo como cuando algo invade tu ojo, todo había pasaron demasiado rápido pero había dejado una estela de recuerdos espontáneos que cobraban vida en aquellos minutos que quedaban divagando en el aire antes de conciliar el sueño.

A decir verdad, las cosas no habían cambiado demasiado, todo seguía casi idéntico, Kyungsoo seguía con sus repentinos cambios de humor, la sinceridad en la lengua, las caricias escalofriantes para Jongin y con la sonrisa que hacía desaparecer sus ojos y brindaba un campo de margaritas en su cara; Jongin por su parte seguía con el mismo amor en las pupilas cada vez que miraba Kyungsoo, sus celos eran casi parte de su ADN pero había aprendido a controlarlos, todo en él estaba prácticamente como un espejo a lo que era antes, sólo que ahora escaseaban las sonrisas triste y había casi una sobrepoblación de sonrisas cálidas en sus mandíbulas.

Chanyeol, en su esencia, seguía siendo el que cumplía casi el rol de padre de Jongin, desde el día de la fiesta, tenía entre ceja y ceja a Kyungsoo y de vez en cuando le lanzaba una amenaza tipo ''Veo que le haces daño a Jongin una vez más y mi puño volverá hacer sangrar tu labio'' para luego soltar una sonora carcajada mientras pegaba una palmadita en el hombro de Kyungsoo que relajaba su cara que levemente se había tornado más pálida a causa de la amenaza. Y hablando de aquellas situaciones Baekhyun seguía siendo quien le ponía los pies en la tierra a Chanyeol y cada vez que aquellas palabras salían por entremedio de los dientes perlados del más alto, Baekhyun no esperaba ni un segundo para pegarle una mirada fulminante que hacía que el más alto se callara y se acercara para depositarle un casto beso en los labios en señal de disculpa.

Los cuatros habían estrenado el traje negro de lino fino y los zapatos de cuero brillante del mismo color para su titulación y se había mirado con una sonrisa orgullosa entre ellos cuando el diploma llego a sus manos; la verdad la amistad entre ellos se había estrechado demasiado, casi como una hermandad al punto de formar una empresa de publicidad, donde los cuatros eran socios.

Jongin estaba caminando en el estrecho pasillo de paredes blancas y piso de loza color crema, de una lado para otro, con un pequeño tic en el ojo izquierdo, mientras sobaba sus manos intranquilo y con una expresión retorcida, de vez en cuando paraba cuando alguna que otra persona quería pasar por el mismo camino, pero luego nuevamente seguía con el mismo habito. La verdad había estado tantas veces en el mismo lugar, que casi lo conocía de memoria y si algo hubiera de cambiar en él, seguramente lo notaría mucho antes que los funcionarios que trabajaban allí, porque él había estado sentado en aquella fila de asientos que estaban atornillada a la pared por largos minutos observando cada pared mientras esperaba que lo atendieran otra vez, después de venir de la oficina.

Kyungsoo ésta vez había ocupado aquél asiento acolchado en vez de Jongin, mientras lo veía como caminaba nervioso y así mismo también lo contagiaba a él y lo hacía mover el pie derecho haciendo que rechinara toda la fila de asientos.

-Jongin, puedes calmarte –Dijo Kyungsoo con un tono bastante histérico, Jongin calmo su paso y se detuvo a mirarlo.

-¿Por qué se demoran tanto? –Jongin espero hilar toda la pregunta sin esperar la respuesta de Kyungsoo y volvió a caminar de un lado hacia otro como si no supiera más que hacer.

-Sólo hemos esperado unos cuantos minutos –Bufó un poco asteado Kyungsoo.

-¿Unos cuantos minutos? –Cuestionó Jongin mientras seguía haciendo lo mismo- Já. Diez minutos con treinta y cinco segundos, para ser exacto –Dijo mirando su reloj.

-No es tanto –Dijo Kyungsoo antes de rodar los ojos, la verdad la histeria de Jongin lo estaba colapsando un poco.

-Es una eternidad –Jongin dijo a su defensa- sabes que odio las esperas.

Tú, sinceramente, no sabes nada. (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora