Prólogo

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¿Qué estaba bien? ¿Qué estaba mal? Ainhoa no podía estar segura de las respuestas. De hecho, no estaba segura de nada, bueno, sólo de una cosa: la estaban buscando y le estaban pisando los talones.

Hacía más de un mes que Ainhoa iba de lugar en lugar buscando información sobre una de las gemas del infinito y cómo es que podía encontrarlas; pero, desgraciadamente, la información era muy escasa y todo estaba en su contra, o lo era al menos en ese tiempo tan corto de un mes y medio.

El clima caluroso y seco empeoraba las cosas y el hecho de que su humor se deterioraba con cada día era aún peor. La información que creía haber encontrado se le iba de las manos como si de agua se tratara.

― ¡Me voy a volver loca!― gritó y golpeó la pared de aquella casucha casi en ruinas. Se encontraba en lo que alguna vez fue una casa majestuosa con alfombras aterciopeladas y paredes con papel tapiz de hermosos diseños; ahora parecía más bien un basurero. El polvo cubría casi todo y había telarañas en cada rincón que se mirara. Los muebles estaban rotos, el color se había desvanecido con el paso del tiempo al igual que toda vida que hubiera alrededor.

La luna estaba en lo más alto de aquel cielo oscuro, iluminado gracias a sus rayos y por alguna que otra estrella que estuviera titilando. Ainhoa sabía que debía moverse rápido. La última vez estuvo a punto de ser atrapada por un grupo de terroristas, ella había oído un par de nombres y la fundación de Hydra estaba presente en todo momento.

― No llegaré a nada― se quejó mientras se dejaba caer cerca de una ventana, su ropa estaba sucia, sus pantalones estaban rasgados y su blusa tenía pequeñas gotas de sangre. Necesitaba encontrar ropa limpia y limpiarse.

― Definitivamente no lo harás en esas condiciones ― Ainhoa se levantó casi de un brinco, su pierna estaba lastimada y realmente su cuerpo estaba agotado por el exceso de energía en aquel día ―. Lo siento, no quería asustarte... es sólo que vi la luz de tu chimenea y... ― se encogió de hombros antes de continuar ― bueno, afuera hace un poco de frío.

― ¿Quién eres? ― preguntó ella mientras discretamente sacaba un cuchillo sólo para tenerlo a la mano, por si aquel sujeto decidía de un momento a otro atacarla.

― Bruce, me llamo Bruce Banner...

All of me {Steve Rogers}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora