Sí hay manera.
— No vamos a poder retenerla para siempre —dice Banner mientras se quita las gafas y se recarga en la silla giratoria —. Tenemos que dejarla ir.
— Pero debemos saber quién es y qué hacía ahí — insiste Stark.
— Banner tiene razón, por más que deseemos averiguar no podemos retenerla. No ha hecho nada malo y dudo que sea una amenaza —dice Wanda. Ella había pasado los últimos tres días con Ainhoa y le pareció una chica tranquila y normal, dentro de lo que se podía decir.
Ainhoa podía cambiar el color de su cabello según sus emociones, o al menos es lo que había descubierto Wanda. Se entendía muy bien con la chica, estaba segura de que era una persona muy amable además de tierna, pero, para su desgracia, ella no dejaba que nadie se metiera en su cabeza, aun cuando Wanda le pedía ayuda, Ainhoa no la dejaba entrar, no del todo.
― Intentemos unos días más, sólo a ver qué pasa ―. Propone Stark ―. Hagamos que salga más de la habitación.
― Nos arriesgaríamos mucho ― Natasha estaba de acuerdo con Banner; sin embargo, también estaba de acuerdo con Stark, pero el dejarla que anduviera por las instalaciones, así como así no le agradaba.
― Será vigilada ― Todos estuvieron de acuerdo, no muy convencidos, pero al final no les quedó de otra más que aceptar el hecho de que ella, Ainhoa debería salir más, pero debería estar bajo vigilancia.
Y así fue, esa misma noche, Natasha la invitó a cenar con ella y Wanda. Las tres estaban en un comedor dentro de las instalaciones de Los Vengadores; Wanda se había ofrecido para preparar la cena para ellas y así lo cumplió, con algo de ayuda, claro estaba.
― Es delicioso ― Ainhoa estaba devorando la comida como si no hubiera un mañana, estaba disfrutando la comida, incluso hasta gozando cada mordisco.
Las tres se entendían, a su manera, cada una lo hacía. Ainhoa disfrutaba de la compañía de las féminas, y es que, a decir verdad, tenía bastante tiempo sin tener a alguien con quien conversas. Además, ellas la estaban poniendo al tanto con algunas cosas modernas, por así decir; ya que, Ainhoa desconocía muchas definiciones, así como de aparatos modernos.
Natasha se dio cuenta de que tenía aprendizaje sobre armas del pasado, y en eso era como una computadora andante, podía describir con perfecto detalle cada arma, su alcance y el alcance de daño que podía infligir.
― ¿Cómo aprendiste todo eso? ―preguntó Wanda leyendo la mente de Natasha.
― Mi mamá me lo enseñó antes de que partiera ― comentó Ainhoa mientras se encogía de hombros―. Me falta mucha práctica, pero al menos tengo la teoría.
― ¿Sabes utilizar alguna arma? ―preguntó Natasha esta vez.
― No, no sé. Por eso me lastimé la pierna ―Ainhoa se ruborizó, Wanda sabía que era por vergüenza y pena.
― No todo puede salir bien, a veces, cuando quieres que tu plan salga perfecto, no lo hará. Y eso pasa ― Wanda, a su manera, trató de reconfortarla, lo cual le sirvió a la chica, pues comprendía sus palabras.
Ainhoa terminó de cenar, y las tres féminas conversaron un poco más; tanto Natasha como Wanda aprovecharon la ocasión para poder tener un poco de información sobre Ainhoa, quien se sentía en confianza, pues ella no había tenido amigas. No conocía lo que era cenar con alguien y hablar sobre diversos temas, o simplemente hablar con alguien.
Ainhoa había pensado en escapar, sí; sin embargo, después de conocer un poco más a las personas que le habían salvado la vida, bueno, estaba recapacitando. Tal vez, solo tal vez, ellos pudieran ayudarle. Quizá podrían enseñarle algunas cosas, o simplemente la encerrarían ahí, para siempre. Al final siempre era la misma conclusión en su cabeza, Ainhoa siempre terminaba por pensar mal.
Pero por aquel motivo ella seguía con vida. Nunca dejaba que su corazón dictara; sus emociones estaban bien al margen dejando así que, todo cuestionamiento, toda decisión era elegida sabiamente por su cerebro.
― ¿Te encuentras bien? ― Ainhoa salió de su trance y miró a Steve, quien traía ropa casual y eso, se le hizo muy raro, pues siempre andaba con su típico uniforme. La chica no pudo evitar mirarlo con curiosidad y eso le causó gracia a Steve, pues él estuvo en sus zapatos.
― Yo... ― La joven aclaró su garganta y miró de nuevo la ventana ― Sí, sólo estaba pensando en mi mamá ―mintió.
― ¿Cómo se llama?
― Pandora― Ainhoa suspiró pesadamente.
― ¿Por qué no estás con ella? ― Steve notó de inmediato que ella bajaba la vista y su pelo se tornaba azul claro, eso le indicó una mala noticia, pero ya era demasiado tarde como para retractarse. Tal vez le estaba haciendo mal la compañía de Stark.
― Falleció ―su voz se había apagado, apenas y pudo escuchar aquella palabra y Steve no supo qué hacer. No era bueno con éste tipo de cosas, menos con una chica. No importaba cuanto tiempo pasara, no se sentía del todo adaptado para ayudar a una chica.
― ¿Quieres hablar de eso?
― No, ya no está. El hablar de su muerte no la traerá de vuelta, ¿no? ― Sus ojos se habían tornado vacíos, como si todo aquello tuviera una pinta muy mala, y él lo sabía. Ella guardaba rencor e ira.
― No, no lo hará, pero a veces es bueno dejar ir todo eso ―. Steve respiró hondo ―. Es muy difícil, pero ya no se puede hacer nada.
― No estoy de acuerdo ― Ainhoa lo miró directo a los ojos ―. Sí hay manera.
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Lamento mucho tardar tanto ;n; espero sigan leyendo :)
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All of me {Steve Rogers}
FanfictionPor fin había terminado todo… La gran batalla había tenido fin. Pero no era así, pues pronto tendrían que volver a reunirse para acabar con un nuevo enemigo, uno que se fortaleció rápidamente, entre las sombras. Y para Steve, el Capitán América, ser...