La chica de los ojos de océano {Jemily}

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Las manos le sudaban, la cabeza parecía que se le partiría por la mitad y el corazón, ¡Dios! Ese pobre corazón iba a saltarle del pecho en cualquier momento. Cuando su teléfono vibro bajo su almohada en medio de la noche, nunca pensó de lo que iba a enterarse.

Sin pensarlo, salió de la cama hecha una completa loca, se vistió con lo primero que encontró y condujo hasta el hospital esquivando en poco tráfico de las calles de DC.

-¿Han dicho algo? -pregunto la voz de Derek Morgan, sentándose a su lado.

-Nada -respondió negando con la cabeza.

El reloj de la sala de espera marcaba las tres con quince minutos de la madrugada, llevaba casi tres horas en cirugía y nadie les daba una respuesta.

Se puso de pie caminando de aquí para allá, tratando de aclarar el caos de sentimientos que tenía dentro de ella.

Cuando había oído la desesperada voz de Morgan a la medianoche desde el otro lado de la línea, el corazón se le paralizo. Su cerebro se negaba a creer lo que sus oídos acababan de escuchar, la sangre se le heló y su respiración se detuvo.

Solo tres palabras bastaron para atravesarle el alma; JJ está herida, había dicho Morgan contenido la respiración. Emily no necesito nada más para salir corriendo hacia el hospital.

Jennifer, su Jennifer acababa de tener un accidente cuando conducía de vuelta a su departamento desde Quantico, la jornada de ella se había alargado un poco más tras la llegada de nuevas carpetas a su oficina, y como era de costumbre, las horas se le pasaron volando.

Emily odiaba a veces lo responsable que podía ser la rubia, pero también era una de las cosas que más le gustaba de ella.

Cuando la vio correr por entre los escritorios por primera vez, cargando un montón de carpetas, su corazón había renacido. Sintió como si una fuerza invisible le abofeteara el rostro, quitándole la venda de sus ojos y revelándole el más bello de los tesoros.

Y ahora, estaba al borde de perder ese tesoro que tanto trabajo le había costado conquistar.

-¿Qué pasó? -pregunto una jadeante voz desde la puerta de la reducida sala de espera.

-Ha tenido un accidente, está en cirugía. -respondió Hotch.

-¿Solo eso? -pregunto Spencer Reid tratando de recobrar el aliento perdido.

-No nos han dicho nada más.

Emily miraba a través del cristal mojado, intentando mantenerse cuerda y no perder la cabeza. Con cada minuto que pasaba su optimismo se iba desvaneciendo un poco más.

-¿Estás bien? -pregunto Reid a su espada, minutos más tarde.

-No. -respondió tratando de ocultar la tormenta que tenía dentro.

-Va estar bien, es una chica fuerte.

De todas las personas que le rodeaban a Emily y JJ, Spencer era el único que sabía de lo que ellas mantenían. Y si no fuera porque él las había descubierto a punto de besare, nadie más lo sabría.

Ambas habían decidió mantener en secreto lo que fuera que tuvieran, había sido un acuerdo mutuo que ni siquiera había necesitado de una discusión, tanto ella, como JJ temían lo que pudiera pasar si hacían publica su relación.

-No sé si pueda soportarlo -susurro Emily, tan bajito que apenas Reid pudo oírla.

-No pasará.

-Pero, ¿qué haré si sucede?

Los ojos de Emily se llenaron de lágrimas, amenazando con escapar en cualquier momento. Spencer no recordaba ninguna ocasión en que hubiera visto llorar a la chica de cabellos oscuros, ella había sido tan fuerte como cualquiera de los hombres que la rodeaban. Pero ahora que su chica estaba en peligro, Emily se había transformado en un frágil barco de papel a la deriva.

One shots: Mentes CriminalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora