Somos un secreto {Hotchniss}

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Emily cayo de rodillas al suelo, mientras su arma salto un par de metros lejos de ella, dejándola completamente desarmada frente al psicópata armado hasta los dientes.

-Parece que no eres tan ruda sin tu arma.- comento acercándose a ella con una tétrica sonrisa en los labios.

La pelinegra se arrastró por el piso hasta dar con la pared, tratando de escapar de él.

-Veamos qué puedo hacer contigo.

El hombre dio un paso hacia ella, cuchillo en mano, el asqueroso psicópata se acercó a Emily sin saber que estaba a punto de recibir una de las más grandes palizas que en su vida hubiera recibido. Otro paso más, ella no se movió, ni siquiera pestañeo. Otro más y él estaba lo suficientemente cerca como para que Emily le diera una certera patada en el tobillo izquierdo.

-Maldita zorra. -exclamo el sujeto una vez que cayó al suelo, aterrizando sobre las palmas de sus manos.

Emily intento levantarse con rapidez, pero solo logro resbalar y volver a caer de bruces al suelo.

-Ni lo intentes.

La sucia y regordeta mano del sujeto atrapo el pie de Emily, tirando de ella hacia atrás, alejándola de su arma por segunda vez. En un movimiento rápido, tomo a Emily contra su pecho, mientras sujetaba el cuchillo teñido de sangre contra la blanca piel del cuello de ella.

Emily jadeo al sentir el frío filo del arma sobre su cálida piel. Ese no podía ser el fin, no para ella, no tan pronto.

-Suéltame maldito bastardo -gruñó ella con fiereza, clavando su codo con todas sus fuerzas en las costillas de él.

El cuchillo cayo, pero él no la soltó.

-Te voy a cortar en pedazos, aunque sea lo último que haga.

La adrenalina corría por cada una de las venas de Emily, elevándole el pulso cardíaco más arriba que las nubes, apretándole el pecho, dificultándole la respiración.

¿Dónde estaban cuando lo necesitaba? ¿Acaso la iba a dejar morir en las manos de ese demente?

Emily volvió a repetir la misma maniobra, pero estaba vez no salió como esperaba. En cuanto quiso volver a clavarle el codo, el sujeto la aventó contra la pared con fuerza, y poniendo su mano en el cuello de ella, apretándole un poco la garganta.

-Sue-elta-ame.

Emily llevo sus manos hasta el garre del sujeto, intentando liberarse. El sujeto solo se limitó sonreírle con ironía, dando el claro mensaje de que no pensaba ni en lo más mínimo en soltarla. Ella comenzó a retorcerse, no iba a dejar de luchar hasta el final, pero el paso de oxígeno a sus pulmones iba reduciéndose a cada segundo que pasaba, Emily sentía como su cuerpo comenzaba a ceder, como ya casi no podía mantener los ojos abiertos, como poco a poco la vida iba abandonando su cuerpo.

-Dame una razón... solo dame una razón.

Como si fuera un susurro llegando hasta sus oídos, Emily oyó la voz de Aaron acompañada del sonido de un arma sin seguro.

La mano se cedió liberándola de la muerte, Emily sintió como la vida volvía a ella de un solo golpe. El aire frio lleno sus pulmones arañándole la garganta, las piernas le temblaron haciéndola tambalear hacia atrás volviendo a chocar contra la dura y humedad pared del sótano.

El sujeto seguía frente a ella con las manos en el aire, con el arma de Hotch apuntándole directamente a la cabeza, solo tenía que hacer un pequeño movimiento para terminar con una bala en el cerebro.

One shots: Mentes CriminalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora