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Sábado, 9 de febrero.

Hoy salí con mis amigos. Fuimos a Zodiac [un bar cerca del centro], y por obra del destino allí estaba Leah. Era una de las camareras del lugar. Sentí como un balde de agua fría caía en mí cuando la vi. Seguía demasiado dolido por el rechazo de ella.

Por suerte, ella no fue la que nos atendió. No podría ni mirarla a la cara.

Se le veía agotada, con unas ojeras muy marcadas. Se podía ver con claridad como fingía sonrisas a cada cliente que atendía.

Pase toda la noche callado, con la cabeza bajada para evitar cualquier contacto de miradas con ella. Creo que Jeff se dio cuenta de la situación e hizo lo posible para marcharnos del lugar lo más pronto posible.

Soy bastante suertudo de tenerlo.


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