❤Capitulo 16❤

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*____'s P.O.V.*
Miré hacia atrás con una cara de indigna, era aquella mujer que no me daba dinero ni para el almuerzo...

-¿Mamá?.–dije enojada.
-Hija! Hija!–mencionó desesperada.–¿Dónde estabas?
-¿¡Qué haces aquí?! Vete. –contesté.
-No, no. Ya vine por ti, ahora, vámonos. –dijo tomandome del brazo.
-¡Yo no me voy contigo!.–le grite después de mirar hacia atrás.
Los chicos estaban más que asustados, confundidos. Tanto la Pauli como Rubén le calvaban la vista a mi "mamá" sin decir ninguna palabra.
-Pero hija, debes volver con nosotros.—mencionó soltandome.
-¿Con ustedes? Ni siquiera se preocupaban de mis calificaciones,  o de mi. ¡¿Y quieren que yo vuelva!?.–Le dí la espalda.
-Pero si sabíamos que te íba bien en la escuela. Vamos, ____, vámonos de aquí!. –insistió.
-No, yo no me voy. Yo ya llegué con esfuerzo aquí, ni yo ni la Pauli nos iremos. Vete sola.–miré a los chicos tratando de que no se me notará la furia.
-Llegando a la casa, hablaremos de esto. Ahora, vámonos ____.
Yo miré a los chicos y les hice una mueca de "corramos pendejos!", por suerte, ellos me entendieron y asintieron con la cabeza, a excepción de Alex,  que solo me guiñó el ojo izquierdo.
Bajé la mano a posición de mi cadera y coloqué tres dedos. Los que paulatinamente disminuían.
Llegando al «todos salimos corriendo, sin apagar las consolas en que jugamos, y gracias a Dios que el plan salió perfecto. O bueno, lo que era la idea. Los cuatros miramos para atrás por si mi mamá nos perseguía pero no, por su cara se notaba que estaba sorprendida y enojada a la vez. Seguía parada en el lugar que será la última vez que la vea. Odio a esa señora.
Nosotros corríamos y reíamos como estúpidos en el Open plaza y ya eran como las 6 y tanto de la tarde. Llegamos hasta el paradero, tomamos un taxi, y le indicamos el lugar. Todos cabíamos apretados en éste.

-¿Y esa es tu madre?.–mencionó Rubius.
-Eso creo...–traté de sonreír.
-Nunca... nunca te acerques a ella.–dijo la Pauli extremadamente cansada.
-¿Necesitas agua?.–respondió el niño.
Todos reímos por su comentario.
-Se nota el porque hacias eso...–dijo el noruego bajando la mirada.
-¿Ves? Comprensión... ahora me comprenden.–dije directa.
Rubius y el enano asintieron.
-Nunca te dejaré sola hermanita.–mencionó la Pauli sobandome la espalda.
-Eso espero...–contesté preocupada.
Ambas sonreimos.

A los minutos, ya estabamos en el edificio, lo que me pareció una eternidad con aquél silencio. Salimos del taxi, le agradecimos al chofer y entramos al ídem. Ahora estaba insegura, cohibida, ¿Quién le dijo a mi madre que estaba en España? ¿Habrá sido la Deyna? No, no creo... ¿Habrá sido el Daniel? ¿O la misma Pauli? No sé...
Y, ¿Porqué no vino mi papá también?.
Mientras subía el ascensor inconciente, por charlas con mi mente, le dediqué un tiempo a mi móvil. Quise iniciar conversaciones con amigos...
Empezemos con el Kevin, olvidado de mi.

*WhatsApp*
-PAN GRATIS!!!
-¿Qué?
-Nada;—; ¿Qué haces?.
-Viendo anime, y tu?
-No pos... intentando solucionar un problema.
-¿Te ayudo?.
-No, no. Dejamelo a mi.
-Ok,ok.
-Esperame, al rato hablamos.
-Ok, ok.
*Fin de WhatsApp*

Ya habíamos llegado a nuestro piso lo que me pareció raro, siempre me pasa esto, me despego de mi móvil y siento el mundo totalmente extraño... Cosas subnormales de mi. LLegamos a las puertas de los apartados.

-Eh.. eh... ¿Vas a tu casa?.–le dije apuntando ésta.
-Si, es que los gatos necesitan de mi.–mencionó con una sonrisa.—Vamos Alex!.
-Ahh!–Alegó.– Yo me voy con mi monona.
-¿Monona?.–dijimos yo y Rubén al unísono.
-Eh.. eh.. pensandolo bien, vamos Rubius, tus gatos te necesitan.–dijo abriendo el paso y sacando las llaves.
-Okeeey? Vamos Pau.–le indiqué.
La Pauli se sonrojó bastante. Que guay, mi mejor amiga tiene un novio. Y yo con 24 años todavía no logro tener el estable, faltan chicos fieles y buenos en este mundo. Pero bueno, es la sociedad de hoy, no se le puede hacer nada.
Todo cuál por su lado, lo peor es que no sé si aquel beso que me dió Rubius fue verdadero, no hemos hablado de ese tema. Llegando a la casa, tiré la cartera al quinto chorizo, las zapatillas quizá donde y me fui al baño por agua.

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